Dr. Jaime Chalita Zarur
Diciembre 31, 2022
Para quienes hemos tenido la oportunidad de sobrevivir, de forma extraordinaria, del año 2020, ahora, tendríamos que reflexionar y, cuestionarnos que ha sido lo que nos ha dejado estar vivos y, sobre todo, para qué estamos vivos. Gran pregunta que se equipara, al preguntar de dónde venimos y a dónde vamos.
Me cuesta trabajo seguir viendo cómo el ser humano se auto destruye continuamente, sin hacer algo, cuando menos emitir las opiniones que se me permiten en este prestigiado espacio.
Siempre queriendo más que el otro, el ser humano se levanta y acuesta con esta idea, lo cual me parece legítimo pero, no como lo que sucede cada día: matándose unos con otros o, con trampas legales o, no, pero igualmente por mencionar algo, tomar licor hasta no poder y subirse a un auto y matar o, matarse.
La capacidad de asombro y, dolor no debería desaparecer, abandonándonos para dejar de ser civilizados y, hacernos en lo que nos hemos convertido: asesinos, tramposos y deshumanizados.
El 2022, se ha ido, no solo hemos sobrevivido la pandemia y las calamidades que hemos sembrado con dolor. Se inicia, como si el tiempo nos tomara en cuenta, un nuevo año, el 2023. Llenaremos todos los ciberespacios de los deseos buenos y de prosperidad que estén a nuestro alcance, no me queda la menor duda. ¿Cumpliremos? Tampoco me queda la menor duda para una gran mayoría: No.
Cuánto estamos dispuestos para crear un nuevo ambiente para que los buenos deseos, se hagan realidad, aunque sea un par de ellos, ganaríamos mucho. Como cambiaremos en nuestra intimidad, Para luego influir en los demás. ¿No es una sociedad que mejore cada día, lo que queremos?
Nada cambia si no cambiamos. No me equivoco, el calendario nos ha medido en 2022 para entrar en 2023, las mismas veces que hemos deseado que la vida cambie en Navidad o, en Año Nuevo, pero hemos fracasado. De cualquier manera la aspiración es valedera y, mientras está ahí la esperanza nos alimenta, nos da vida o, quizás morimos en ella.
Querida persona al otro lado de estas líneas, que agradecido estoy por darme la oportunidad de dejarme entrar en el mundo de quienes me permiten ser leído, no para polemizar y, en ocasiones se vale, siempre con ganas de mejorar y no de vencer solo por ello. Abonar a una mejor forma de convivencia, sería la intención.
Las esperanzas de vivir mejor, de sembrar el ascenso en la cultura del trabajo y esfuerzo, de las mejores prácticas, de hacer lo justo y cultivar la verdad; anhelos que están aun ahí, esperando por nosotros para hacer la diferencia humanizadora y, desmaterializada.
Venga el 2023 para que se cumplan todos los anhelos de bienestar y que, la vida nos cambie para bien. Cumplamos nuestras promesas, perdidos en el tiempo que nos toca vivir. Ayudemos a los demás a cumplir las suyas y tengamos lo suficiente para cambiar después de 2022 años.
2023, lleno de libertad, dignidad, felicidad, amor, trabajo. Bendecido año amigas y amigos.