Toño Martínez
Marzo 22, 2023
¿Sirve de algo? ¿le es util al país y a los mexicanos que este 23 de marzo priistas desperdigados acudan a cualquier lugar donde haya un nombre, monumento o imagen de Luis Donaldo Colosio Murrieta su mas grande y visionario político que fue asesinado en Tijuana, Baja California cuando era candidato a presidente de la República porque hacía tambalear al sistema ominoso gobernante, se rasguen las vestiduras y viertan una que otra lágrima de cocodrilo «de dolor» cuando han sido incapaces de preservar su ideario y continuar sus sueños de un México posible para todos?
Otra vez los floridos discursos, cargados de fuerza superficial, otra vez las coronas de flores, y el minuto de silencio a la memoria de Colosio Murrieta; otra vez fingirán estar juntos cuando solo se mirarán de reojo sin mística ideológica.
Hoy el Partido Revolucionario Institucional ha sepultado el ideario de Colosio Murrieta y solo recuerdan al sonorense recurriendo a WikiLeaks, y se enterarán que el sonorense pugnaba por terminar con los agravios al pueblo por el gobierno injusto, desigual, corrupto, dominante y por eso impulsaba el proyecto de revertir ese formato raído.
Colosio Murrieta el demócrata de convicción no inventó nada; se nutrió de la realidad lacerante de la gente desposeída, del obrero mal pagado, de las comunidades indígenas marginadas y explotadas, del joven de mirada incierta y las mujeres oprimidas y relegadas cuando fue titular de Programación y Presupuesto como de Desarrollo Social. Su música social fue fortalecida y por eso sus primeros discursos fueron un golpe seco a la arrogancia omnipotente de los gobiernos cuando expresó: «Veo en pueblo con sed y hambre de justicia…un México agraviado por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla…»
¿En qué ha cambiado aquel México de 1990 con el México de hoy? No solo no ha cambiado sino que cayó en las redes turbias de un gobierno sin moral política, un presidencialismo peor que el de aquel tiempo, un sistema que ataca a los poderes constitucionales porque no se apegan a sus complejos mesiánicos.
Un gobierno que como los de antes utiliza a los pobres como escudo a sus delirios.
Pero dónde están los partidos políticos, particularmente dónde está el PRI y la herencia idealista de Luis Donaldo para construir el contrapeso a la fuerza que oprime libertades, derechos y garantías y mata esperanzas.
De ese PRI solo queda el recuerdo de días de gloria ficticia porque desnudaron la falsedad de su esencia, y si Colosio viera en que lo que lo convirtieron se volvería a morir.