A nadie le importó festejar al agónico PRI

Miguel Ángel Guerrero Arriaga

Marzo 07, 2025

Como era de esperarse, el pasado 4 de marzo a nadie se le ocurrió organizar festejo alguno por la conmemoración del 96 aniversario de la fundación del PRI el pasado 4 de marzo pues seguramente la actual presidenta estatal del partido Sara Rocha Medina quiso evitarse la pena de que nadie respondiera a su eventual llamado para organizar un acto conmemorativo toda vez que debió pensar en lo inapropiado que resultaría convocar a una celebración de algo que prácticamente está en agonía como se encuentra el tricolor en el estado desde que ella asumió la dirigencia.

Evidentemente, por esa razón es por la que la fecha pasó inadvertida para los pocos militantes potosinos que le quedan.

Lo del estado agónico del partido puede apreciarse desde el abandono en que se encuentra, la otrora bulliciosa sede estatal al que ya ni las moscas se paran aunque sí estos bichos son sus únicos habitantes que se observan en torno a las latas de cervezas y bolsas de botanas que copetean los botes de basura del lugar producto de las francachelas que frecuentemente se llevan a cabo en el sitio.

En contraste no faltan los que recuerdan los grandes actos conmemorativos del aniversario de la fundación del partido en el edificio partidista sobre todo cuando el gobernante del estado era miembro distinguido que se convertían en verdaderas fiestas de la militancia arropados por las ruidosas porras de los contingentes de los sectores del partido procedentes de todas las regiones del estado nadie se quería perder los festejos y mucho menos, pensar en despreciar la invitación a participar.

Para suerte de Sara no vive el ácido expresidente tricolor durante varios años Helios Barragán quien seguramente de estar con vida ya la hubiera puesto como lazo de cochino por la forma en que ha manejado al instituto político.

Incluso, si la catorceña quisiera medio enderezar el barco bien haría en pedir clases o consejos sobre cómo llevar las riendas del tricolor a exdirigentes que la antecedieron como Yolanda Eugenia González Hernández cuya aceptación entre el priismo potosino era, y sigue siendo, elevadísimo y lástima que ya falleció el ya legendario Horacio Sánchez Unzueta considerado el Maquiavelo local para que le enseñara algo de lo mucho que sabía para controlar el instituto y mantenerlo fuerte.

Si quisiera recomponer en algo el torcido camino que ha elegido para transitar como presidenta del tricolor podría asesorarse de los ex presidentes que aquí siguen y cuya trayectoria como tales se recuerda con respeto, por ejemplo, ahí está un priista químicamente puro como se considera a Joel Ramírez Díaz, la aguerrida Rosa María Huerta, el académico Pedro Olvera Vázquez y hasta Ángel Castillo quien a pesar de haber renunciado a su militan no desdeñaría un llamado de auxilio de su parte como tampoco lo harían los antes citados, porque de seguir como hasta ahora no tendrá más remedio que dirigir al partido en solitario anémico de militantes causando la lástima de propios y extraños por lo que hizo bien en no convocar a festejar el aniversario del tricolor pues, sin duda hubieran mandado a freír espárragos su eventual llamado a hacerlo.