Algo apesta en recorte a estancias, y no son pañales

Toño Martínez

Febrero 18, 2019

Obsesión de Andrés Manuel por vengarse de Felipe Calderón lo lleva a pegale a lo más sensible de la sociedad: Los niños.

Nunca las decisiones y medidas extremas son buenas, menos cuando son tomadas por un afán de venganza y una obsesión enfermiza de encontrar en todo lo anterior solo corrupción, perversión y podredumbre.

Eso está sucediendo a Andrés Manuel López Obrador al llegar al exceso de golpear a la parte más sensible de toda sociedad, los niños, al recortar de golpe y plomazo el 50% de presupuesto a las Estancias Infantiles, bajo el supuesto de que había mucha corrupción.

Nomás le faltó decir que hasta los bebés de las Estancias son corruptos, porque se quitan los pañales sin estar sucios para que les pongan nuevos, y eso es malversación de recursos públicos. ¡Por favor!

Pero, montado en su macho de encontrar corrupción hasta en la sopa, y hacer creer que todo lo que hicieron los ex presidentes, desde Carlos Salinas de Gortari a Enrique Peña Nieto era perverso, nefasto y demoniaco, López Obrador redujo de 4,070 millones de pesos a 2,041.66 el recurso para las Estancias Infantiles sin el menor recato sobre el efecto que tendría para los miles de niños que atienden en el país, y sus padres.

Los servicios de las Estancias a los niños que van desde atención alimenticia, médica, formativa, seguridad y toda una gama de elementos para el cuidado profesional regulado por las Reglas de Operación establecidas en el Diario Oficial de la Federación del 31 de Diciembre del 2015, jamás podrán ser igualados por las abuelas como sugiera Andrés Manuel que sean ahora quienes los cuiden y se les pague. Por más cariño que les tengan nunca será lo mismo.

Este programa, creado por Felipe Calderón Hinojosa en 2007 ha sido tan exitoso, que fue premiado por la Organización de las Naciones Unidas y replicado en diversos países.

Fundamentalmente está enfocado a respaldar a madres solteras, mujeres que trabajan o papas al cuidado de hijos menores, para atender a sus niños en condiciones de seguridad y calidad.

Cada mañana, lloviera, tronara, o hiciera frío, ha sido común ver a mujeres con niños en brazos o papas llegando a una Estancia para entregarlos sus hijos al personal y seguir confiados a su empleo.

Pero, desde la ocurrencia de Andrés Manuel por golpear a Felipe Calderón, -quien le ganó las elecciones presidenciales en 2006- de quitarles el subsidio para entregarlo a los papás -1800 pesos por bimestre por hijo en guarderías-, y que ahora sean las abuelas quienes cuiden a los pequeños, la incertidumbre y la preocupación los llenan.

Para dar ejemplo del impacto negativo de la medida contra las Estancias Infantiles, solo en el estado de San Luis Potosí hay 10 guarderías que dejaron de operar en la Huasteca y para Marzo llegarán a 110 porque no tienen para sostenerse.


Esto significa que 3,300 niños quedarán si el servicio.

Una medida para tratar de mantenerlas a flote, son acuerdos entre directivos de Estancias y padres de familia para aumentarlas la cuota que cubren pero eso rompe el origen de la creación de estancias o sea, favorecer a los padres que tienen necesidad de trabajar.

No solo eso sino que quedarán sin empleo 550 empleados de acuerdo a lo expresado ante el Congreso del Estado por personal de las guarderías encabezados por la coordinadora estatal Silvia Leticia Juárez Leiva.

Por todo el país, la inconformidad brota contra Andrés Manuel López Obrador. La propia directora nacional del programa, Clara Torres renunció en desacuerdo con la decisión de reducir el presupuesto.

En el Senado, legisladoras del Partido Movimiento Regeneración Nacional, el de Andrés Manuel, del PAN, del PI y del PRD así como del Verde Ecologista, le están exigiendo que reconsidere la acción contra estancias, pero no da marcha atrás.

Puede más el rencor contra Felipe Calderón que el sentido común y el respeto a los niños pero, ¡qué culpa tienen!