Miguel Ángel Guerrero Arriaga
Abril 21, 2020
Luego de repetir en todos los tonos y en todos los medios: “quédate en casa”, “quédate en casa”, la terquedad de los que no atienden ese llamado ha puesto a San Luis Potosí en el umbral de la toma de medidas más estrictas como el uso de la fuerza pública para hacer respetar el distanciamiento social considerado como la fórmula más efectiva para contener el avance en la propagación del coronavirus según lo planteó en su último reporte la secretaria estatal de salud Mónica Liliana Rangel al tiempo de lamentar que por esa razón haya aumentado aquí de un día para otro de 59 a 69 casos positivos en la entidad lo que significa un repunte de 10 contagios de los que 4 fueron de transmisión local y entre los restantes hay unos que originaron paisanos procedentes de Estados Unidos como el caso de Tierra Nueva y 2 de Matehuala, incluyendo los 5 decesos registrados.
Lamentablemente, como ya lo hemos señalado en este espacio los habitantes de la capital se distinguen como los más rebeldes a hacer caso a la recomendación de no salir de casa sin causa justificada pues de os 69 positivos del COVID- 19 que hay 54 corresponden a la zona metropolitana.
Así entonces pese a que no estamos como otros estados donde es galopante el ritmo de contagios, en el potosino donde el virus ya se expandió a varios municipios no parece entenderse que de aquí al 10 de mayo se presentará la etapa más difícil toda vez que está previsto que entre el 8 y el 10 se registre el más alto nivel de contagios locales y que el riesgo de contraer la enfermedad se encuentra en cualquier lugar de la calle más allá de la seguridad de los muros hogareños.
Lo peor es que esto entra por una orejota a los tercos y les sale por la otra toda vez que, como también preocupó a JMCL, la movilidad del pasado fin de semana se incrementó notablemente como se notó en la presencia de numerosas personas en centros comerciales y en las calles del centro así como lugares públicos no permitidos como las iglesias y demás.
Por consiguiente que no extrañe a nadie que se lleguen a tomar medidas estrictas como el uso de la fuerza pública para obligar a la gente que ande en la calle a que regresen a sus casas o como en Jalisco donde ya es obligatorio el uso de cubre bocas so pena de sufrir una sanción económica a quienes no lo porten lo mismo que en Michoacán donde la fuerza pública vigila que no haya gente en la calle sin razón medidas que de acuerdo a la doctora Rangel no se descarta aplicar en territorio potosino con el fin de hacer entender a los potosinos de la importancia para la salud de todos de no salir de casa.
Por otra parte es evidente que en otros lugares de SLP ya empezaron con las medidas extremas como en el municipio de Santa María del Río donde se impide el acceso a los vehículos que transporten paisanos que vengan del vecino país del norte como medida de prevención ante posibles contagios, o como en Aquismón donde obstruyeron el paso a la cabecera municipal con el fin de prohibir el paso a los turistas extranjeros también persiguiendo no dar lugar a la entrada de posibles focos de infección, decisiones tomadas unilateralmente por los habitantes de esos lugares para protección de todos lo que es natural ante el riesgo a que se exponen con el libre tránsito de personas que pueden ser portadoras del coronavirus.
Es posible que según el comportamiento de la pandemia en los próximos dos días se decida si se acude a las medidas estrictas que se requieren para hacer respetar la cuarentena a los habitantes de la capital que hasta se dan el lujo de organizar fiestas carnes asadas y reuniones con numerosa asistencia de personas
