El Dr. Isidoro Gitler, ofreció en el IPICYT la conferencia magistral: “Tendencias emergentes y disruptivas en el cómputo avanzado”. Un maravilloso viaje sobre los alcances de la IA en todos los aspectos de la sociedad.
Ya no se trata solo de programar, sino de aprender a aprender y, quizás más importante, a desaprender rápidamente lo que aprendimos: Dr. Gitler.
En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados y redefine la forma en que vivimos, el Dr. Isidoro Gitler, investigador titular del Departamento de Matemáticas del Cinvestav y director del Laboratorio de Matemática Aplicada y Cómputo de Alto Rendimiento (Abacus), ofreció una conferencia en el Instituto de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT), invitado por el Centro Nacional de Supercómputo (CNS). Durante su intervención, el académico reflexionó sobre el papel del supercómputo, la inteligencia artificial (IA), el cómputo cuántico y los retos que enfrenta la educación frente a este nuevo paradigma.
Gitler inicia con una cifra que, por sí sola, ilustra el vertiginoso ritmo del progreso: actualmente se realizan 10¹⁸ (10 seguido de 18 ceros) operaciones por segundo en supercomputadoras, una cantidad tan colosal que supera la edad del universo si se intentara replicar manualmente operación por operación. “Estamos computando a niveles impensables hace apenas unas décadas”, señaló.
El doctor destaca que estamos viviendo uno de los momentos más emocionantes en la historia de la humanidad. “Este es un punto culminante, estamos siendo testigos de una revolución tecnológica que está transformando nuestra manera de comunicarnos, transportarnos y relacionarnos”, afirmó. Estas transformaciones no solo se manifiestan en el plano técnico, sino también en el cognitivo, motriz y social.
Uno de los fenómenos más destacados, asegura, es el impacto que ha generado la inteligencia artificial y el aprendizaje automático (machine learning) en distintas disciplinas. “No sabemos exactamente cómo funcionan muchas de estas herramientas, pero responden a preguntas complejas y revelan patrones que antes eran invisibles”, explicó. Asimismo, advirtió que el cómputo cuántico, basado en los principios de la mecánica cuántica, promete resolver problemas que son inalcanzables para la computación clásica.
El panorama que describe el Dr. Gitler exige una transformación urgente en los sistemas educativos. “Necesitamos que desde temprana edad, nuestros jóvenes comprendan el mundo en el que van a vivir. Deben tener contacto con estas tecnologías desde la primaria”, aseveró.
El investigador se mostró sorprendido por la habilidad innata que tienen los niños para manipular dispositivos tecnológicos incluso antes de caminar o hablar. “Si ya tienen esa capacidad con los celulares, ¿qué sucederá cuando se enfrenten a la inteligencia artificial y otras tecnologías emergentes desde la infancia?”, cuestionó.
Ante este panorama, Gitler no duda en afirmar que el modelo educativo actual podría quedar obsoleto. “Las habilidades que se requerirán en el futuro serán completamente diferentes a las que hoy enseñamos. No se trata solo de programar, sino de aprender a aprender y, quizás más importante, a desaprender rápidamente lo que ya no es útil”, comentó.
Para el científico, la flexibilidad será la habilidad clave del futuro. La capacidad de adaptarse, de adquirir nuevos conocimientos y de cambiar de rumbo sin aferrarse a metodologías caducas marcará la diferencia entre los profesionales exitosos y los que se queden atrás.
El cambio de paradigma no es menor. Gitler señala que incluso los conceptos tradicionales de programación podrían desaparecer. “Puede que en el futuro ya no se necesiten programadores como los conocemos hoy. Lo que requeriremos serán personas con nuevas formas de concebir los problemas y encontrar soluciones creativas e innovadoras”.
Aunque ya existen esfuerzos desde los estudios de posgrado para adaptarse a esta nueva realidad, el doctor reconoce que todavía estos cambios no han permeado a nivel social ni en los sistemas educativos básicos. “Lo que se está haciendo ahora está más en la esfera de las maestrías y doctorados, pero para cuando los estudiantes llegan a ese nivel ya han perdido parte de la plasticidad mental que tienen los niños”, advirtió.
Para ilustrar este punto, compartió una anécdota relacionada con la topología, rama de las matemáticas que estudia las propiedades geométricas que se mantienen bajo deformaciones continuas. “A mis colegas adultos les cuesta entender que una taza y una dona son equivalentes en topología, pero a los niños de primaria se les enseña este concepto y lo comprenden de manera natural”.
El Dr. Isidoro Gitler concluye con un llamado a transformar urgentemente los planes de estudio y a brindar a las nuevas generaciones las herramientas para enfrentar un mundo en constante evolución. “Estamos ante un cambio de época, no solo tecnológico, sino también humano. Debemos preparar a nuestros jóvenes para que puedan adaptarse, comprender y liderar este nuevo mundo que ya está aquí”.