Dr. Jaime Chalita Zarur
Septiembre 17, 2022
Los ciudadanos hemos recibido el reto del cambio fundado en el cambio de actitud hacia el cumplimiento cívico de nuestras obligaciones para exigir nuestros derechos.
La ciudadanía hemos recibido el reto del cambio, fundado en la disposición de sumar a la actitud de excelencia basado en el cumplimiento cívico de nuestras obligaciones para exigir nuestros derechos.
Los cambios de conducta para bien, tienen un largo proceso de camino para ser adoptados y, más aún, para ser practicados. Cuando las cosas pasan por el tamiz, reflejándose en acciones para mal, siempre tendrán un grado menor de resistencia, para poder realizarlos y, es que se presuponen como ventajosos casi siempre, cultura odiosa del incumplimiento.
Cuando se trata de salir de la zona de confort, la resistencia aumenta, por temor o, por comodidad y suele ser normal en el humano. En el servicio público es un gran reto crear y sostener la confianza del accionar en favor de la misma ciudadanía. Por lo general la desconfianza está presente.
Cuando se trabaja en equipo, con las buenas prácticas, se va generando la emotividad de las personas y, muy lento pero seguro, se van cambiando las formas cotidianas de hacer la vida más asequible; para crear sinergia entre quienes son interesados en tener buenas relaciones sociales.
Lo que vivimos en esta bella Ciudad de San Luis Potosí, generalmente solíamos ser peculiares en el trato fuera de nuestra zona de confort, fuera de nuestra área de influencia donde nos sentíamos seguros y por lo habitual intocables. Salir de aquello que se había formado como el fortín de blindaje, era muy complicado para muchas personas, pues había y, hay, muchos obstáculos para vencer.
Los tiempos que se viven en la capital de San Luis Potosí, son tiempos de innovación y competitividad que, obligan a salir de esa zona de confort muy perniciosa para la sociedad pero que, además, asegura la decadencia gregaria.
Los impulsos que se provocan y si Usted quiere, se convierten en retos individuales, para generar consciencia social, en el potencial que los potosinos tenemos para ser exitosos en lo que realizamos, son pilares de evolución.
Una larga historia de trabajo político y social, se ha hecho en esta que es ya la Capital del Sí. Lo que inició con incidencia, apatía y, en ocasiones, desprecio, hoy es ejemplo de comunidad.
Los domingos de pilas, con resistencia de participación ciudadana, en el inicio, hoy son fiestas de convivencia vecinales. La Participación y respuesta de nuestra PoliSia, genera la expectativa y consciencia de los esfuerzos que dan sus elementos, aun arriesgando sus vidas, abre la esperanza.
El turismo de placer y negocios inclusivos que se impulsa, reactiva, lo que nunca debería haber dejado de ser una Ciudad para gozarla, junto a la cultura que hoy nos representa el gozo de aprenderla y disfrutarla. Todos ello ha sido y, seguramente seguirá siendo PoSible.
Mucho hay por mejorar. He sostenido que el binomio de Gobierno y gobernados, no se había entendido y, es que, la corresponsabilidad de todos, en uno y otro sector, como ciudadanos, actuando cívicamente, es un deber que tendría que mejorar cada día.
Es nuestra hora, la de nuestra Ciudad, efectivamente para cuidarla entre todos, no solo un sector. La responsabilidad es de todos.
Aseguremos la Ciudad que reclamamos en los hechos y, no solo en las palabras.