Toño Martínez
Abril 22, 2019
Ya basta Andrés Manuel de culpar al neoliberalismo; la sociedad exige acciones para detener ríos de sangre.
Ya basta señor presidente Andrés Manuel López Obrador de sacarle la vuelta; ya basta de perder el tiempo culpando a los gobiernos del neoliberalismo sobre la ola de criminalidad, de los ríos de sangre que recorren regiones del país por la violencia pavorosa; hay que ponerse a trabajar pero en serio, sin discursos, sin sacarle al bulto como se dice coloquialmente. Nada pierde con reconocer que en cuatro meses de su administración no da pie con bola para detener el desproporcionado índice de criminalidad porque no escucha al pueblo, a expertos, a gente de buena fe que le puede aconsejar como actuar, montado en su macho de que solo su equipo es sabio y capaz de resolverlo todo.
La pregunta no mía precisamente, sino de todos, hasta de muchos que lo llevaron a donde está es; ¿Hasta cuándo?, ¿quiere que se cumplan los pronósticos sombríos de organizaciones observadoras que vaticinan llegaremos a los 40 mil muertos este año?
Así como los mexicanos reventaron el viejo sistema político en Julio del 2018 porque llegó al pináculo de su resistencia en corrupción, desigualdad, pobreza e inseguridad, así le puede suceder a su incipiente mandato en un tiempo muy corto.
La línea delgada entre el deslumbramiento que generan sus programas sociales en favor de jóvenes, ancianos, deudores del INFONAVIT, empleo, reforestación, emprendedores con el tandeo y así por el estilo, roza ya el aguante de la gente que en amargo contraste, se siente feliz de mejorar sus condiciones de vida, pero se enfrenta al monstruo de la inseguridad que acecha por todos lados, no solo a los neoliberales ricos que tanto desprecia, sino al humilde trabajador.
¿No le conduele que haya 8,500 muertos en apenas el primer trimestre de su Gobierno?
Que estemos llegando al extremo de que maten hasta niños como sucedió en Minatitlan; que en ese estado vayan 300 muertos en 70 días del morenista –lo más dramático los 14 muertos en una fiesta-. Cuitláhuac García en Veracruz; 400 en Morelos en 4 meses que lleva como Gobernador Cuauhtémoc Blanco -entre ellos tres niños de 9, 10 y 5 años.
¿No le conmueve que en Tabasco maten a mujeres sin importar que lleven niños, a ráfaga de metralla; que 12 vidas hayan sido cegadas en Oaxaca en pocos días; o las ejecuciones en Chihuahua, Tijuana, Nayarit, Colima, Baja California, Durango, Nuevo León, Guanajuato?
Cuidado porque insisto, la resistencia se rompe por lo más delgado.
Interprete el mensaje del Secretario de Marina, José Rafael Ojeda Durán cuando dijo en ceremonia reciente que “No debemos perder tiempo para lograr la paz” … “
Hay que apostar por la unidad de los mexicanos (como quien dice dejarse de andar provocando odios y resentimientos)… “que el tiempo no regresa y cobra dividendos”.
Dejó claro también que el Ejército y la Marina están más unidos que nunca y jamás –palabras más palabras menos-, irán contra el pueblo.
Hay lecturas en ese discurso Andrés Manuel y como dijera Jesús – al que tanto admira por cierto-, “el que quiera entender, que entienda”.
La imaginación y noches en vela de usted y sus colaboradores pasan buscando frases mediáticas para seguir atizando contra ex presidentes, el neoliberalismo y los ricos, estructurando como darle palo a leyes y reformas, cámbienlo mejor por debatir ideas, proponer, cotejar, diseñar estrategias para frenar la marejada de sangre.
La gente tiene miedo.
La delincuencia dejó de temer a las fuerzas de seguridad policiaca está claro.
Que si hay que combatir primero el origen de la inseguridad con programas educativos, económicos, de empleo es positivo; pero si tales acciones no son acompañadas en párelo con medidas prácticas, tangibles, que se vean y sientan ahora para generar certidumbre y seguridad no quitarán a la gente el terror de sentirse amenazados en calles y hasta en sus casas, por la delincuencia.