Toño Martínez
Enero 16, 2025
Perdidos en los acelerados cambios que está enfrentando la humanidad en lo político, económico, guerras, pandemias, degradación moral y amenazas bélicas a gran escala, poca atención estamos prestando a un tema controversial que cobra relevancia extraordinaria en la actualidad: las profecías bíblicas y de culturas diversas reforzadas ahora con cálculos científicos sobre un cataclismo global de consecuencias fatales.
En agosto del 2023 y el Reloj del Fin del Mundo o del Apocalipsis creado en 1947 por los Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago que analiza los factores que ponen en peligro la existencia humana como armamentismo nuclear, guerras, epidemias, destrucción de la naturaleza, cambios del clima e incluso terrorismo se ubicó en 90 segundos antes de la media noche del fin, pero el 13 de este mes, enero del 2024, volvió a mover sus manecillas reforzando su cálculo de los 90 segundos por la incertidumbre que genera el Gobierno de Donald Trump a partir del día 20, y los grandes cambios que ha anunciado con impacto mundial.
La Biblia por su parte refiere que para cuando se acerque la segunda venida de Cristo, en el Armagedón, un territorio de Israel ocurriría la batalla final entre los ejercitos de Dios contra las hordas de maldad es decir el enfrentamiento entre el bien y el mal.
Ahora precisamente Israel está técnicamente sitiado por terroristas de Hamas con apoyo financiero de Irán sobre todo -aunque también una posible alianza con Rusia- con bases instaladas en Libia, Egipto, Yemen y varios más de Oriente cuyo objetivo es aniquilar a los judíos como intentó hacerlo Adolfo Hitler.
Antes de ocurrir habría señales claras del fin como está y las señales contenidas en las profecías son aterradoramente muy claras como son guerras, pandemias en diversas regiones del planeta; hambruna, persecución y odio contra los cristianos, falsos redentores, inmensa maldad y señales en el cielo.
En ello coinciden los vaticinios de Joel 2:30, advirtiendo que en el cielo y en la tierra se producirán manifestaciones del desastre como fuego ( Los Angeles California y pasó en el Amazonas, Portugal, Canadá, España, Turquía, Grecia entre otros) y un manto de humo cubrirá al mundo. Isaías 13:10 y Ezequiel 32:7 hablan de la oscuridad del cielo y la luna la cual se apagará.
En esta parte es oportuno señalar la profecía que mantuvo oculta El Vaticano, de Malaquías quien anticipó que próximo el fin de la existencia terminará el papado. El último Papa sería Francisco señalado como Pedro.
Francisco quien adoptó como tutor a San Francisco de Asís cuyo segundo nombre es precisamente Pedro, y está enfrentando serios conflictos internos por las reformas que ha introducido en la Iglesia Católica y descomposición de muchos de quienes pertenecen a esa teología.
Las predicciones de Malaquías sobre la segunda venida de Cristo para el juicio final fueron descubiertas en 1595, o sea 450 años después de su muerte.
Los profetas bíblicos mencionan la aparición del anti Cristo oculto en imagen de personas bondadosas y llenas de aparentes virtudes para ganar seguidores pero cuyo plan es extinguir la fe católica y meter al mundo en el caos como se da en la realidad.
Por otra parte veamos en este análisis de vaticinios sobre el Apocalipsis a videntes como Nostradamus quien vivió en el siglo XVI y dejó un legado de visiones del futuro publicadas en 1555, donde habla como causas del cataclismo a las guerras, enfermedades y el clima como lo que se registra ahora. Por cierto los pronósticos de Michel de Nostradamus han tenido 73% de asertividad en otros campos, pero no es preciso sobre la fecha del cataclismo pero si habla de la gran hecatombe cuyo inicio sería en el año 2025.
Baba Vanga la vidente búlgara ciega fallecida en 1996 por cáncer de mama, predijo que el fin de los tiempos comenzará también el año 2025 con terremotos, incendios, contaminación de aire, agua, mares, sequía, hambruna por escasez de alimentos, nuevas y letales enfermedades.
Los Mayas en su calendario auguraban el fin del Mundo para el día 21 de diciembre del 2012 pero no pasó nada aparentemente pues más bien se enfocaba a una reforma de la conciencia humana.
La medición del Reloj del Apocalipsis, instrumento virtual de los científicos es publicada en el Boletín Especial que editan para pronosticar la media noche del fin de todo está a 90 segundos y no es ninguna charlataneria sino fundamentado en las amenazas y calamidades de todo tipo contra la vida, principalmente inducidos por nosotros mismos y desastres de la naturaleza lastimada.
Este artículo no busca sensacionalismo ni amarillismo periodístico, sino llamar a la reflexión, a la conciencia sobre lo que estamos haciendo a la casa común que habitamos; son fundamentadas en hechos reales que encuadran en profecías y ecuaciones científicas. Corresponde a cada quien sacar sus propias conclusiones y actuar en consecuencia.