Claudia contra Trump lanzas de pigmeo contra un tanque de guerra

Toño Martínez

Cada vez que escucho, veo o leo las respuestas ambiguas de Claudia Sheinbaum Pardo a los anuncios y medidas que está tomando el presidente de los Estados Unidos Donald Trump contra el establishment de su régimen no dejo de imaginar a un pigmeo parado con una lanza frente a un tanque de guerra.

Claudia Sheinbaum no está comprendiendo o tímidamente empieza a dar signos de entender (o no la deja la mano que mese la cuna, léase Andrés Manuel López Obrador) lo temerario que es jugar con fuego y que los discursos y arengas setenteros que maneja no funcionan frente a un poder exterior que obliga a pensar en reconformar desde el presupuesto federal hasta programas, vinculados con el confort y sustentabilidad de la calidad de vida de los mexicanos; ajustar la visión y replantear las «verdades» de la cuarta transformación que no correspondan a la nueva realidad mundial y menos a los desafíos de Trump.

No está claro por ejemplo, qué hará Claudia en el plazo inmediato con los migrantes indocumentados que ya está deportando Estados Unidos; porque una cosa es que en un gesto del humanismo que cantó López Obrador instale refugios temporales, los alimente y les otorgue apoyos por 2000 pesos para que regresen a sus lugares de origen -hablo solo de los mexicanos- y otra el impacto que esta apertura tendrá en las finanzas públicas porque como dijo el diputado Ricardo Monreal Ávila coordinador morenista en la Cámara de Diputados -en una de esas raras reflexiones desprovistas de dogma político que tiene- tendrá que reajustarse el presupuesto del 2025 para amortiguar no solo los efectos de la repatriación de mexicanos sino de la política arancelaria que pretende aplicar un 25% de impuesto a las compras de productos mexicanos directos y a los vehículos con partes automotrices de China.

Las deportaciones significan también una disminución importante al Producto Interno Bruto generado por las remesas, que el año pasado se ubicaron en 57,822 millones de dólares y en términos generales rondan los 9 MMDD anuales.

El presupuesto nacional está de por sí muy presionado, con un déficit de 2 billones de pesos y encima se avecina un panorama económico incierto por la era Trump; por otra parte, Petróleos Mexicanos que era uno de los soportes de ingresos federales registra una deuda de 97 mil millones de dólares y no está produciendo el combustible para la autosuficiencia que prometiera López Obrador.

El país seguirá dependiendo de las importaciones de carburantes que en 2024 llegaron al 60.2% del gasto en el país.

Este análisis somero es solo una mínima parte de los costos de las medidas de Trump que también se dará en otros campos como la venta de aguacate, azúcar, fruta y diversos productos agrícolas y marítimos.

Esta en puerta además la revisión adelantada al Tratado de Libre Comercio que Trump quiere modificar de acuerdo a su propósito de fortalecer primero los intereses de su país y después México y Canadá.

Sheinbaum que en un primer momento rechazó la advertencia de Trump para usar fuerzas especiales en México y combatir a los carteles de la droga declarándolos terroristas, e inició una campaña verbal arengando contra el injerencismo, tuvo al final un cambio de postura ante el evidente fracaso del sistema de seguridad nacional para contener a esos grupos -Sinaloa, Chiapas, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Guanajuato, Colima, Veracruz, Zacatecas, Edomex, Baja California y otros estados son un ejemplo – y entendió que es mejor colaborar con Trump.

Es correcto rectificar, es correcto dialogar como es correcto abandonar viejas posturas dogmáticas por las de renovación y colaboración lo cual no significa debilidad sino adaptabilidad más no entreguismo ni sumisión.

Convoca a la unidad nacional bajo el riesgo de que Trump se quiera pasar de vivo en sus planes para quitar todo aquello que sea un estorbo a su estrategia para devolver a Estados Unidos su estatus de primera potencia mundial y a la época dorada. La presidenta tuvo el respaldo de la Conferencia Nacional de Gobernadores y diversas agrupaciones de todo tipo, menos del PAN y del PRI que todavía analizan bajo que términos pues ese apoyo debe ser a la defensa de los mexicanos no del gobierno.

Pero en nada abona a esa convocatoria de unidad que salgan morenistas retrógradas como el diputado Sergio Gutiérrez Luna quien acusó de «traidores a la patria» a esos partidos a la vieja escuela de López Obrador que cuando alguien no se apegaba a sus iniciativas les ponía ese adjetivo.

Hay que ser serios y no payasos.

Claudia lo primero que necesita en este panorama nebuloso es un cuerpo diplomático profesional y experimentado, compuesto por gente preparada no premiados por fidelidad a MORENA (Rutilio Escandón de Chiapas el ejemplo más reciente) y otros; personas con conocimiento y cabeza fría para defender lo defendible y no que busquen espantar con el petate del muerto.

Hasta a su salud física y emocional le serviría a la presidenta utilizar el dialogo no gritos en el desierto.

Recordar otro pendiente de primera línea como es fortalecer el peso que desde la llegada de Donald Trumpo se ha depreciado hasta llegar a 20.72 por dólar debido el proteccionismo de Trump a su moneda, el aviso de imponer un nuevo arancel, la declaratoria de terroristas a los carteles de la droga y la revisión al Tratado de Libre Comercio. Hay mucha chamba que reclaman su dedicación absoluta.

Debe responder con propuestas concretas a los desafíos del presidente de la Unión Americana en lugar de sembrar ideas entre los mexicanos que no saben razonar sobre una presunta conjura imperialista por parte de Donald Trump para someter a nuestro país a sus caprichos.

Diálogo, diálogo y mas diálogo es la única forma de suavizar relaciones con Estados Unidos y los países que sea necesario. Sumergirse en las iniciativas principales de Trump como la deportación masiva de ilegales a quienes -en el caso de mexicanos- podrá brindar refugio temporal y hasta dinero para sus necesidades básicas o pagar transporte de regreso a sus pueblos, pero que significa una sangría para la economía nacional y no se sabe durante cuanto tiempo podrá resistir.

Es el comienzo de la turbulencia y requiere la presidenta de un buen timón para conducir el barco a un puerto confortable.