Toño Martínez
Enero 23, 2024
Cada vez que escuchamos el sonsonete de Claudia Sheinbaum remachando que su gobierno -presume que ganará- será una continuidad de la cuarta transformación que inició el presidente Andrés Manuel López Obrador un temblor y sudor frío recorre el cuerpo de los mexicanos y se «enchina el cuero», porque esto significaría que otros seis años la delincuencia, inseguridad, criminalidad, asesinatos a diario, los feminicidios, desapariciones, niños huérfanos, deficiente sistema de salud, concentración de poder y desamparo del campo con el agregado de pobreza.
No Claudia, ya estamos hasta la coronilla de que desde el Palacio Nacional a diario se incite a la confrontación entre los mexicanos sembrando odio y provocaciones; haciendo creer que el empresario es malo a son quienes llevan el peso de generar economía y empleo.
Ni queremos para nada un gobierno lunático acosando a periodistas por no apegarse a sus caprichos ni humillarse a su falso poder de dios persa.
No queremos más un presidente que se burle de jóvenes secuestrados y asesinados revictimizándolos sin mínimo respeto al dolor de sus familias.
Tampoco queremos mentira tras mentira sobre programas que no aterrizan, obras majestuosas de inversión oscura cuya rentabilidad está en la incertidumbre.
Menos que muchos mexicanos sigan muriendo por falta de medicamentos y mas los niños con cáncer porque las instituciones de salud no los tienen aunque él diga en sus mañaneras que todo está atendido, que son solo críticas de «conservadores» cuando lo único que quieren conservar es su vida.
Jamás un gobierno que en esa combinación de soberbia destruye instituciones y esté preparando el peor atentado contra la Constitución que contiene todas las garantías y derechos de los mexicanos para crear una nueva donde la propiedad privada se elimine y sea el gobierno quien decida dónde vivirá cada familia
Peor aún, un país donde hasta la policía tenga miedo y soldados del Ejército Mexicano sean humillados por delincuentes o cualquier persona alentada por la política del » abrazos, no balazos»: que engendra la impunidad.
Ese legado no Claudia Sheinbaum, como tampoco el de un sistema educativo que adoctrine a los demás niños sobre ideas ajenas a nuestros valores morales.
Nunca un gobierno que utilice la dádiva a cambio de sumisión e idolatría y que cínicamente admita que darles dinero a los pobres es tenerlos en la mano.
Claudia, necesitamos conocerte a ti, tu personalidad, tu verdadera idiosincrasia, tus valores, tu pensamiento y tu visión de país, no lo que te ordene tu pastor.
Los mexicanos necesitamos un país con paz, fraternidad, esperanza, desarrollo con igualdad y sustentabilidad, integrado a la protección de nuestros recursos naturales, respetuoso y con valores nacionalistas, que no propicie la emigración por inseguridad y desempleo y por donde vas no se ve que ofrezcas certidumbre.
No puedes llegar a una campaña electoral que inspire confianza si sigues ofreciendo continuismo de la 4T. Tienes enfrente una flor que crece, crece y se fortalece con el fertilizante de tus errores y promesas sin sustento. alguno: Xóchitl.