Como un chicotazo entre ceja y oreja reventó a Sheinbaum la desaparición del FONDEN.

Toño Martínez

Cinco años después que en otro de sus arranques de odio y venganza contra expresidentes del periodo neoliberal Andrés Manuel López Obrador desapareciera el Fondo Nacional de Desastres Naturales (FONDEN) creado durante el mandato de Ernesto Zedillo en 1996, le rebotó como chicotazo en la cara a la presidenta Claudia Sheinbaum, y sobre todo a miles de personas que perdieron sus bienes, patrimonio y seres queridos en estados por inundaciones causadas por desbordamiento de ríos y arroyos, a lo que ha tenido que responder con acciones a la carrera, tardadas y con escaso orden, y coordinación con gobernadores.

El complicado y burocratizado Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales que sustituyó desde el 2020 al FONDEN está más enredado que una carretera china, y aunque Sheinbaum Pardo acude a lugares del desastre en Veracruz, Puebla, Morelos y San Luis Potosí intentando demostrar su apoyo y solidaridad con las víctimas se llevó insultos, reclamos, agresiones verbales y hasta físicas contra algunas autoridades que le acompañaron en los recorridos.

Tal vez esa reacción no sea justificada pero si comprensible porque la desesperación e incertidumbre de quienes se quedaron sin casa, perdieron todo y en muchas solo tienen la ropa que traían puesta en el momento en que la furia del agua desbarató sus vidas.

El equipo de imagen y comunicación de la presidenta trata de presentarla como la benefactora que no tuvo miedo de enlodarse los zapatos y mojarse la ropa y su cola de caballo para expresar su sensibilidad y humanismo, pero de poco le ha valido porque los damnificados quieren respuestas rápidas no mesas de trabajo, censos y evaluaciones pues el estómago vacío y sus hijos pequeños no saben de eso que no se remedia con un saco de productos alimenticios, agua e higiene sino con medidas continuas, sostenibles.

Sheinbaum destaca la coordinación que su gobierno logró con el Ejército Mexicano y La Marina para atender el desastre pero ellos siempre han estado presentes con el Plan DNIIIE y el Plan Marina respectivamente para auxiliar a la población civil en calamidades y sin aparato publicitario.

Pero insisto, no toda la culpa es de Claudia Sheinbaum si no del titiritero que de un plumazo guiado por rencor y la soberbia mas el trillado argumento de que estaba invadido por la corrupción desmanteló el FONDEN cuyos objetivos eran adquirir medicamentos, proporcionar agua potable, ropa abrigadora, artículos de limpieza y aseo personal así como programas de apoyo para resarcir daños.

Lo demostró plenamente durante los desastres causados por los huracanes «Emanuel’ e ‘Ingrid’, ‘Barbara’, la tormenta «Boris» cuando invirtió 2,500 millones de pesos en ayuda inmediata, igual que en los “Odile» y «Patricia» como en los sismos de Puebla, Morelos y Ciudad de México se invirtieron 40 mil millones, cosa que agotó la totalidad de sus recursos económicos que provenían del Presupuesto de Egresos de la Federación y era operado por la Secretaria de Gobernación.

La infuncionabilidad del mamotreto formado por López Obrador en lugar del FONDEN se evidenció dramáticamente durante la destrucción de Acapulco a causa del huracán «Otis» categoría 5, en octubre 2024 cuando no supieron cómo reaccionar y López Obrador lo único que hizo fue acudir a que lo grabarán recorriendo la zona siniestrada pero sin mayor propuestas que promesas.

En resumen es prioritario reconstituir el FONDEN en su original esencia para no quedar expuestos a nuevos desastres sin contar con una respuesta rápida y eficaz de ayuda, sin politiquería ni egos.