Toño Martínez
Septiembre 07, 2023
Ninguna sorpresa tuvo el resultado de la encuesta que «definió » a Claudia Sheinbaum Pardo como la indudable candidata del presidente Andrés Manuel López Obrador para continuar con la transformación número 4 y cubrirle las espaldas.
Lo único que le puso color al proceso fue Marcelo Ebrard que pecó de ingenuo al esperar un proceso terso blanco, puro y decente como pregonaban López Obrador y su muñeco de ventrílocuo Mario Delgado líder de MORENA pues, por el contrario desde el inicio mismo del paseo preelectoral por la finca nacional de dio cuenta de que todo aquello no era más que una parodia para disimular que al final Claudia Sheinbaum seria ungida porque así era el plan del jefe.
Los demás Adán Augusto López, Manuel Velazco, Gerardo Fernández Noroña y Ricardo Monrreal se alinearon por la derecha de su comandante general.
Aunque los motivos de la inconformidad de Marcelo fueron a «ojos vistos» como los acarreos a reuniones informativas -así le pusieron a actos de campaña- hasta en ambulancias del DIF y de Centros de Salud – y el tapizado de lonas con la frase «Es Claudia» hasta en los sanitarios a un millonario costo, no sirvió.
Alfonso Durazo coordinador del proceso tenia indicaciones de hacerse como que ni oyó ni vio nada y la democracia quedó otra vez como capote de torero, toda agujereada.
Qué sigue ahora?.
Marcelo Ebrard es esperado en Movimiento Ciudadano relamiéndose los bigotes para postularlo y la invitación está con un cheque firmado.
Decida lo que decida, MORENA quedó como los Jarritos del café de los ranchos cuando se caen, todo rajado y lo único que mantendrá en la lucha con Claudia es la sombra de Andrés Manuel López Obrador para enfrentar a Claudia Sheinbaum para cuando se enfrente a Xóchitl Gálvez.
Pero esa es otra historia de la que ya nos ocuparemos.
