Iglesia preocupada, organiza Encuentro Diocesano de Matrimonios.
Toño Martínez
La desvalorización del matrimonio desde lo civil y religioso es un fenómeno que está cayendo en uno de sus peores momentos contribuyendo a su misión principal que es la procreación, formar familiae hijos, un ejemplo de lo cual se dió en Tamazunchale durante los dos años de la pandemia cuando hubo solo 5 bodas y por el contrario 160 parejas se divorciaron.
Desde el punto de vista religioso este fenómeno significa el abandono y desdén de un sacramento que fue instituido por Cristo para preservar la continuidad de la humanidad con nuevas generaciones mediante la unión amorosa entre un hombre y una mujer. Un matrimonio religioso es indisoluble «hasta que la muerte los separe.”
Desde lo legal los artículos 162 al 177 del Código Civil definen las ventajas de un matrimonio por los derechos de pensión , la viudez, herencia, ciudadanía si uno de los contrayentes es extranjero y a la seguridad social.
Entrevistado al respecto, el sacerdote Cecilio Esparza quien permaneció por un tiempo en Tamazunchale, señaló que es muy lamentable que ahora los jóvenes no se quieran casar, evaden este sacramento, la responsabilidad para con los hijos en su atención y formación sin reparar en el daño que les causan a ellos y sus madres. Los niños crecerán rodeados de peligros sociales y vacíos de espíritu.
Precisamente y buscando hacer reaccionar a las parejas sobre la importancia de respetar y fortalecer la unión cristiana de una pareja, el próximo 17 de marzo a partir de las 8:00 de la mañana tendrá lugar un Encuentro Diocesano de Matrimonios en el Centro de Estudios «Juventud y Patriotismo» de esta Ciudad, ubicado en el kilometro 1 de la carretera Valles – Tampico.
El evento es organizado por el grupo laico “Renovación Carismática en el Espíritu Santo”, con solo una aportación de 150 pesos por pareja.
La crisis matrimonial no es para soslayarse sino recuperarse el sacramento sobre todo en momentos de crisis de valores como este.