De financiar un mercado a perder 5 millones

Toño Martínez

Mayo 03, 2019

La historia de la FENAHUAP como fiesta del pueblo agoniza

Cincuenta y siete años después de haber nacido a iniciativa del presidente municipal de Ciudad Valles, Mariano Velazco Mujica (1961-1964) la Feria Nacional de la Huasteca Potosina llegó técnicamente a su fin como una fiesta organizada por el Gobierno municipal y en raros casos apoyada por el Gobierno del Estado, para el pueblo, proyectar el potencial económico, turístico, agropecuario y empresarial de la región y poner al alcance de la gente espectáculos artísticos de primera calidad a precio accesible.

Aunque teóricamente no se trata de un evento para obtener ganancias económicas sino darle al pueblo un oasis de convivencia y esparcimiento, la feria de Valles desde antes de adquirir el estatus de nacional, generó utilidades en manos de personas probas de la sociedad que tenían el manejo a su cargo.

Llegó a ser tan redituable en comparación con el costo de su organización, que la alcaldesa Margarita Baconnier Ocejo (1967-1970) pudo construir con sus utilidades el mercado “Constitución”.

De ese tamaño era la importancia de la feria como generadora de recursos para obras materiales y sociales.

Esa vez, el comité estuvo encabezado por Ángel Ocejo Velarde y tenía como integrantes a Arturo Esper, Pedro Medeles y Eligio Quintanilla González, cuya colaboración desinteresada permitió cimentar al evento y proyectarlo a nivel estatal y local.

Al paso de los años tuvo destellos de magnificencia cuando llegó a ser sede de certámenes como los Primeros Juegos Florales Nacionales durante el Gobierno de Miguel Romero Ruiz Esparza (1985-1988) organizados por el Club de Periodistas y que atrajo a poetas de todo el país; la presencia de embajadores de diversas naciones, exposiciones nacionales de ganado de alto registro, torneos y toda una gama de atractivos de primer nivel.

Los reinados abrían el sabor de fiesta cuando la soberana de la feria era electa mediante una competencia amistosa entre jovencitas apoyadas por colonias, comités, clubes, planteles educativos; la cuidad se llenaba de alegría con bailes, kermeses, eventos deportivos, venta de votos, y ganaba aquella que más dinero recaudaba.

Artistas como Luis Miguel, Raphael y otros de talla mundial llegaron a amenizar las coronaciones de la reina.

La grandeza de la feria permitió que incluso durante el gobierno de Carlos Jonguitud Barrios y con su apoyo, se celebraran Semanas Culturales previo al evento, con espectáculos artísticos de diversos estados distribuidos en el Parque Rafael Curiel, en el “Luis Donaldo Colosio”, Jardín Hidalgo y otros escenarios.

Por desgracia, el evento comenzó a desmerecer cuando la ambición y corrupción hizo su aparición; la feria comenzó a convertirse en caja chica del Ayuntamiento, en escenario de negocios particulares de funcionarios y en manoteo de recursos.

El dinero de concesiones a empresas refresqueras, juegos mecánicos, cerveceras tuvo en muchos casos destinos muy distintos a su aplicación en mejorar la feria.

Finalmente, el evento vino convirtiéndose en una parodia del esplendor que tuvo, y lo peor es que ahora el Gobierno Municipal Independiente planea concesionarla porque el ultimo evento le dejó una pérdida de 5 millones de pesos de acuerdo a lo señalado por el alcalde Adrián Esper Cárdenas.

Esta administración recibió escombros, y deudas de la FENAHUAP, pero tampoco contó con gente de experiencia para rescatarla.

Ese formato quitaría al Municipio el peso y costo de la organización, pero como empresa obviamente quien la rente tendrá que verla como beneficio económico, que repercutirá en costos de acceso, rentas, eventos.

Precisamente la ex alcaldesa Margarita Baconnier Ocejo, expresó con tristeza que las autoridades actuales deben explorar todas las posibilidades de organización y financiamiento para no rentar la feria. La feria dijo, tiene que seguir siendo del pueblo.