DE POLÍTICOS PELEONEROS

Miguel Ángel Guerrero Arriaga

Julio 27 2019

Para mucho fue exagerado el ruido generado por el incidente protagonizado por el dirigente estatal del PAN Juan Francisco Aguilar Rodríguez cuando luego de discutir con el ex regidor Gilberto García Moreno se le fue encima propinándole algunos golpes forma de zanjar discusiones o dirimir diferencias que no son una novedad en el medio político local como lo vimos en tiempos pasados en incidentes que ya forman parte del anecdotario.

Por ejemplo todavía se recuerda el pleito sostenido al término de una comida ofrecida en el club Deportivo Potosino luego de un informe del gobernador Carlos Jonguitud Barrios y del entonces empresario restaurantero Jesús Rodríguez por aquellos tiempos simpatizante priista con el también por esa época miembro del rebelde grupo de los macabeos Jorge Daniel Hernández Delgadillo del que éste salió con unas costillas rotas y que después no pasó a mayores.

Por otra parte en las mesas de café no se olvida la ocasión en que por diferencias de opiniones en sus respectivas etapas de regidores, Rolando Muñoz Remolina le acomodó un buen descontón a Julio Nemer en plena sesión de cabildo sin mayores consecuencias posteriores.

Igualmente se registra el incidente aquel cuando el ingeniero José Morales Reyes como candidato a un cargo de elección popular de los que buscó se encontraba en la plaza de armas con un grupo de seguidores a la que llegó un contingente de navistas con ánimo de realizar un mitin en el lugar lo que irritó al empresario televisivo quien al grito de “estos se creen los dueños de San Luis” corrió hacia ellos al encontrarse ya en el Kiosko y empezó a repartir moquetes al que se le atravesaba apoyado por sus simpatizantes logrando que se retiraran con la cola entre las patas lo que no evitó que luego lo acusaran de represor y demás yerbas, aunque impidió que le arrebataran la plaza por las malas pero hasta ahí.

Así entones, por estos antecedentes no hay por qué asustarse de uno que otro intercambio de trancazos entre los políticos aldeanos pues no pasa nada más allá de un moretón o la pérdida de un diente como el que perdió el profesor Escobedo durante una comida de los macabeos al colmar la paciencia de Felipe Aurelio Torres mismo que ante las impertinencias de aquel que ni siquiera era invitado se levantó y con un derechazo lo dejó chimuelo.

Como vemos, no pasa nada grave cuando ocurren estas cosas que la mayoría de las veces se ajustan a eso de que mucho ruido y pocas nueces.

CABOS SUELTOS

Por cierto bien hizo el alcalde Xavier Nava al asumir una postura discreta y neutral ante el pleito de los panistas toda vez que no repartió culpas ni le echó más lumbre al fuego… El patronato de la FENAPO ha dispuesto una enérgica vigilancia administrativa a fin de cerrar el paso a cualquier intento de hacer chapuzas para sacar ganancias ilícitas como lo hizo aquel ex integrante con la contratación irregular del buki…

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