Miguel Ángel Guerrero Arriaga
Enero 05, 2022
Aparentemente, a fin de cuentas, la declaratoria como área natural protegida de la sierra de San Miguelito por parte del gobierno federal quedó como un esfuerzo inútil, luego de que un juzgado concediera un amparo contra esa acción a los diversos núcleos agrarios que sienten afectados sus intereses por dicha acción y que ahora exigen al presidente Andrés Manuel López Obrador la modificación de la misma.
Así, lo que en su momento fue esgrimido por el mismo AMLO como una respuesta a los grupos de activistas que defienden la sierra de los intentos de convertir parte de la misma en zonas urbanas o conjuntos habitacionales quedará como un lance que habrá de dar paso a nuevas actitudes de los comuneros y a los activistas los obligará a buscar nuevas y mejores causas para justificar su existencia como tales.
Los comuneros opuestos a la declaratoria argumentan que al entrar en vigor los despoja de su patrimonio en virtud de que de esa manera no podrán darle el uso que deseen a sus predios pues lo mismo estarán impedidos para construir una nueva vivienda que para venderlos o dedicarlos a otros fines que no sean los establecidos en el decreto.
En este espacio hemos comentado la importancia de las tierras de la sierra como área hacia la que naturalmente la ciudad enfoca su crecimiento por lo que se ha convertido en un tapón que lo obstruye.
En lo que se refiere a los comuneros que sienten afectados sus intereses y dañado su patrimonio se entiende que así se sientan desde el momento en que no pueden enajenar sus predios para comprar una vivienda en otro mejor rumbo de la zona urbana para el bienestar de sus familias, así como para adquirir un vehículo nuevo etc.
Ahora respecto de que los grandes fraccionadores locales están interesados en comprar las tierras o crear sociedades con los comuneros para hacer negocios inmobiliarios, claro que siempre los ha habido lo que, incluso, ha despertado el interés de varios de aquellos.
Por otra parte, los que siguen oponiéndose a la urbanización de la zona bien harían en reflexionar sobre si es más conveniente que se destine a conjuntos residenciales debidamente planeados y supervisados por las autoridades o que continúen levantándose viviendas desordenadamente, sin servicios y hasta sin el consentimiento de los comuneros pues en no pocos casos son parte de negocios ilegales de algunos de los que se dicen asesores legales de la comunidad lo que podría empezar a remediarse a partir de que los comuneros cuenten con la libertad necesaria para enajenar sus predios con la modificación de la declaratoria que con el amparo concedido a los núcleos agrarios está a punto de quedar como un gesto inútil de AMLO, aunque falta ver su reacción ante la postura de los comuneros que en vez de agradecérselo como quizás él lo esperaba ahora lo repudian.