Miguel Ángel Guerrero Arriaga
Diciembre 23, 2022
Con el repunte de la pandemia declarada extraña que las autoridades de salud no determinen el uso obligatorio del cubrebocas en espacios cerrados antes de que se incrementen alarmantemente los contagios diarios mismos que en estos días ya están alcanzando niveles registrados por el mes de septiembre pasado.
Desafortunadamente, la sexta ola ya nos alcanzó y aunque no se han registrado defunciones ocasionadas por el coronavirus podrían empezar de no tomarse las medidas que requiere la urgencia sanitaria que ya detonó pues ya va el segundo día en el que se detectan más de cien contagios.
Aunque con varios días de anticipación expertos en materia de salud y aún las autoridades de salud habían advertido de la posibilidad de que se presentara una sexta ola de contagios del coronavirus que, evidentemente, fue desoída por la mayoría de la gente que alentada por la medida de dejar en opcional el uso del cubrebocas cayó en descuidos y en desdenes a no acudir a sitios con aglomeraciones y no guardar la sana distancia como pudo verse desde que dejó de ser obligatoria la mascarilla de protección pues todos los lugares públicos se mostraban abarrotados con la gente totalmente expuesta al virus de la pandemia error que aceleró el sexto gran repunte que ya azota a la población.
En este orden, resulta extraño y reprochable que el secretario de salud Daniel Acosta Díaz de León no haya advertido del riesgo de salud que implicaba dejar que continuara así la situación y no recomendara la toma de medidas estrictas con el fin de contenerlo antes de que detonara.
No está claro si adoptó dicha postura en aras de mantener a SLP como uno de los estados en los que la pandemia había sido contenida toda vez que nunca ha pasado eso y nunca se ha ido.
En cambio, eso sí, el gobierno estatal puede jactarse de que más del 90 por ciento de la población ha sido inmunizada con la vacuna contra la pandemia lo que es un logro incuestionable y reconocido por todos pero si en el afán de un lucimiento por tal circunstancia, ahora que el repunte está en marcha puede resultar hasta criminal no dictaminar o recomendar la toma de medidas estrictas para contenerlo o disminuir su impacto como el simple uso obligatorio del cubrebocas y otras que la acompañan para evitar que empiecen a presentarse defunciones en grado extremo lo que puede provocarse si se pretende jugarle al “tío lolo” y se cae en el dejar hacer, dejar pasar en virtud de que no se puede tapar el sol con un dedo como tampoco la sexta ola.
