Dra. Rocío Crystabel López Gonzalez
La semana pasada leí una frase que me pareció muy interesante, la cual decía “El suelo es la piel del planeta”, de ahí la importancia de los suelos y cómo su degradación afecta nuestras vidas y el futuro de la Tierra. Es tanta la necesidad de enfocar esfuerzos sobre el cuidado del suelo que la Organización Nacional de las Naciones Unidas (ONU) designo desde el 2014 el 05 de diciembre como el “Día Mundial Del Suelo”. Este día tienen como objetivo crear conciencia sobre la importancia del suelo y generar estrategias para la gestión sostenible de los recursos, principalmente en sistemas agroalimentarios que son los que aprovechan este recurso.
Pero ¿qué es el suelo? El suelo se puede definir como una mezcla compleja formada por minerales, materia orgánica, microorganismos, macroorganismos, aire y agua. Se trata de una capa delgada que se ha desarrollado de manera muy lenta a lo largo de los siglos, como resultado de la descomposición de las rocas superficiales bajo la influencia del agua, las variaciones de temperatura y el viento. Además, los restos de plantas y animales que crecen y mueren en el suelo o sobre él son descompuestos por microorganismos, convirtiéndose en materia orgánica que se integra con el suelo.
Conociendo esto, ahora nos podemos preguntar ¿cómo se considera un suelo sano? La salud del suelo es la capacidad del suelo de funcionar como un ecosistema vivo vital que sustenta sus funciones, las cuales integran principalmente la contribución a la biodiversidad de organismos vegetales y animales; almacenamiento y ciclo de nutrientes como fósforo, nitrógeno y carbono; almacena agua y regula el movimiento; sustento físico para que las plantas crezcan.
La agricultura es la actividad humana que más se beneficia de un suelo sano, ya que un suelo sano ayuda a producir plantas robustas, lo que aumenta el rendimiento de los cultivos, la producción de alimentos y la seguridad alimentaria. Sin embargo, la salud del suelo enfrenta serias amenazas a nivel global debido a factores como la agricultura intensiva, la deforestación, la erosión, la contaminación y el manejo inadecuado de fertilizantes y plaguicidas. Según estudios de la FAO señalan que, en el 2023, un 33% de los suelos ya están degradados y advierte que más del 90% podrían degradarse para 2050.
De forma particular, los patógenos de plantas generan pérdidas económicas significativas al reducir la productividad de los cultivos, aumentar los costos de control y afectar la calidad de los productos agrícolas; y en el ámbito ambiental, contribuyen al deterioro del suelo y la biodiversidad, ya que el uso excesivo de químicos para su manejo puede contaminar suelos, aguas y afectar organismos no objetivo.
Uno de los patógenos de suelo más común para muchas plantas es el hongo Fusarium, el cual causa pudrición de la raíz en etapas tempranas de la planta. El tomate, uno de los cultivos principales de exportación en México, el cual tiene grandes pérdidas debido a este patógeno.
La Dra. Dalia, docente de la facultad de Química de la Universidad Autónoma de Querétaro, nos comenta que “El control químico, basado en sustancias sintéticas como metalaxil, mancozeb y carbendazima ha sido una estrategia predominante para combatir enfermedades como las causadas por Fusarium. Aunque efectivo, su uso excesivo ha generado resistencia en los patógenos, impactos negativos en la salud humana y daños ambientales y deterioro del suelo; por lo que actualmente, se busca reducir o eliminar su empleo”.
Debido a esto, disminuir el uso de productos químicos en la agricultura es la clave, optando por soluciones naturales como los productos de biocontrol.
Estas alternativas ofrecen múltiples beneficios, ya que son más seguras para los organismos que no son plaga y contribuyen a la conservación de la biodiversidad del suelo. La Dra. Dalia explica que “El control biológico utiliza organismos que actúan como antagonistas, compiten por nutrientes y espacio, liberan sustancias antimicrobianas o estimulan las defensas de las plantas. Además, existen alternativas como extractos vegetales, aceites esenciales y formulaciones basadas en nanotecnología que también tienen un efecto de control contra los patógenos”
Pero antes de determinar qué biocontrol utilizar es importante identificar a los patógenos como Fusarium, permite aplicar estrategias específicas de manejo, reduciendo la dependencia de plaguicidas químicos. Esto minimiza los impactos ambientales, preserva la biodiversidad del suelo y promueve prácticas agrícolas más seguras y eficientes. La Dra. Dalia nos platica sobre el proyecto que están desarrollando con esta finalidad “En nuestro laboratorio, trabajamos en el aislamiento y caracterización de cepas de Fusarium spp. responsables de fusariosis en invernaderos de tomate de Querétaro. El proyecto busca identificar los agentes causales, desarrollar pruebas moleculares rápidas para detección temprana, evaluar la resistencia a tratamientos químicos comunes y explorar alternativas sustentables como el control biológico y nanopartículas metálicas. Esto permitirá ofrecer soluciones científicas para mejorar la producción y controlar estos patógenos de manera eficaz y sostenible”
Para finalizar, les comparto algunas acciones que podemos hacer para contribuir cada uno con la salud del suelo. Optar por productos orgánicos que se cultivan sin agroquímicos que dañan la estructura y biodiversidad del suelo; apoyar agricultores locales para reducir la huella ambiental del transporte; elegir alimentos de temporada ya que su producción suele requerir menos insumos y tiene menor impacto en los ecosistemas y finalmente productos comprar productos biodegradables para evitan la acumulación de contaminantes en el suelo.
Datos personales:Rocío Crystabel López Gonzalez, Doctora en Ciencia de los Alimentos y Comunicadora Científica (www.linkedin.com/in/rocío-crystabel-lópez-gonzález-1b75a0148)
Agradecimientos: A la Doctora en Ciencias Dalia Elizabeth Miranda Castilleja (Facultad de Química, Universidad Autónoma de Querétaro) Contacto: dalia.miranda@uaq.mxDudas o comentarios: divulgacionrclg@gmail.comReferencias en el siguiente QR:
