Ejercicio de la mala política crea clima de confrontación

Dr. Jaime Chalita Zarur

Junio14, 2020

No sin ausencia de tristeza, me doy cuenta que la división entre los mexicanos se profundiza o, cuando menos así es el llamado a quienes habitamos y trabajamos en este nuestro México. Un gran País, que ha soportado de todo históricamente en contra de intereses extranjeros, los que se han atrevido a desafiarlo desde el exterior.

No es el caso ahora. La diferencia es que desde hace ya, un año y medio, poco más, se ha estado llamando a la confrontación social, a través de la odiosa división de clases, en formas veladas pero, con las prácticas más sublimes y además ruines y perversas del ejercicio de la mala política, creando un clima de confrontación entre mexicanos.

Lo hemos dicho en muchas ocasiones, en nuestro País convivimos las ideologías y culturas regionales más distintas, y no sólo una visión, para todo nuestro México. Así ha sido la historia de nosotros, y siempre hemos sabido salir adelante, tratando de evitar la confrontación y desde luego, el no derramar sangre innecesariamente, trayendo más dolor del que ya vivimos.

El odio se siembra y con ello la muerte. Este no es el camino que los mexicanos hemos escogido en las urnas democráticas, no es el deseo de quienes trabajamos todos los días para sostenernos y sostener a nuestro País pero, parece más, que es el deseo de un sistema que nos amenaza constantemente con quitarnos todas nuestras libertades para hacernos literalmente de su propiedad.

La hora de las definiciones a las que ha llamado el Presidente de la Republica, estoy seguro, creará más desunión entre nosotros y ello es por demás inconveniente para Él y para el Pueblo de México. Las hegemonías económicas mundiales, están esperando siempre la debilitación de una sociedad en determinado país, para hacerse de sus bienes de la forma más fácil y barata o, endeudarlo para que se le sirva en sus intereses.

Un Presidente debilitado por una sociedad dividida, es lo que buscan los tiburones de la economía, para hacer escarnio de ese país y adueñarse de su territorio. Las transformaciones, en la era de la digitalización son bien venidas pero, no en desmantelamiento de las instituciones que nos han costado muchos años de ponernos de acuerdo y que si bien en el sexenio pasado estaban llenas de corrupción, sería menester combatir esa corrupción pero ya, detener la destrucción de lo que a los mexicanos nos ha costado nuestro trabajo construir, en tiempo, dinero y esfuerzo.

No es, si se está a favor o, en contra de la cuarta transformación y si es, el diálogo nacional para reconstruir nuestra Patria, con una visión incluyente y plural, pero no con una sola verdad, porque, la absoluta no existe.

Increíble es la falta de voluntad para el diálogo. Las imposiciones nunca han sido triunfantes y si lo son momentáneamente, llega el tiempo que la población no las aguanta. Por esta razón, se ve la indolencia en el horizonte por la provocación, innecesaria absolutamente.

“Ya es tiempo de definiciones, nada de medias tintadas”. Ante esta postura polarizada, radicalizará, diría yo, deberían prevalecer los equilibrios sociales y políticos para ser siempre privilegiados. Pero la búsqueda de esos equilibrios, no es a lo que ha invitado el Presidente de la República, pues incansablemente, desde sus ruedas de prensa adoctrina, descalifica a quienes no están de acuerdo con Él y engaña a quienes la ayuda no llega.

Pero entonces ¿fue y, es, sólo el discurso que teníamos que creernos? O, de plano ¿el diálogo sería sólo un adoctrinamiento de lo que deberíamos hacer?

Las equivocaciones imaginarias, como la de crear un golpe de estado, el que sea, para intimidar y hacer que el Ejército del Pueblo se vuelva en su contra, es un camino muy equivocado, es el mortal de la Nación. Pareciera que se quiere un país con un solo dueño.

Reconciliación, reencuentro, es lo que deberíamos hacer y estar trabajando en ello. La inmensa mayoría de los mexicanos no tenemos la culpa del secuestro del poder pretérito, por quienes nos han robado, y no debería ser a quienes trabajamos recibiéramos semejante descarga de odio.

Un México plural e incluyente es el que se requiere para salir juntos adelante y en respaldo del Presidente, del Estadista de todos los mexicanos y no sólo de un sector conveniente.

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