El amargo destino al que condena AMLO a la huasteca

Toño Martínez

Junio 22, 2020

Está considerada como reserva de la biosfera, pero la 4T redujo al mínimo todos los presupuestos para el Medio Ambiente.                      

Uno de los últimos santuarios de la gran biodiversidad que aún le queda al país, la Huasteca Potosina, está enfrentando un futuro incierto y triste debido al enorme recorte presupuestal que aplicó desde el primer año de Gobierno el presidente Andrés Manuel López Obrador a todas las instituciones, programas y proyectos relacionados con la preservación del Medio Ambiente.

Propuesta desde el 2010 ante el III Congreso Mesoamericano de Áreas Protegidas celebrado en Mérida, Yucatán, por el entonces secretario de Ecología y Gestión Ambiental del Gobierno del Estado, Manuel Barrera Guillén para que fuera declarada en su totalidad -20 municipios-, como Reserva de la Biósfera por su amplia riqueza natural, obstáculos burocráticos lo impidieron, pero el peor es el Gobierno actual.

Precisamente cuando el deterioro de los recursos naturales hídricos –ríos, manantiales, cascadas, lagunas, humedales-; la flora con sus bosques y extensa variedad de árboles y plantas desde las exóticas hasta frutales, curativas y de ornato; fauna que incluye mamíferos, reptiles, aves, batracios, peces, quelonios, e insectos sufren la peor depredación y contaminación, el Gobierno Federal aplica basado en análisis carentes de visión, los recortes que dejan en la inmovilidad a quienes son encargados de proteger y preservar la naturaleza.

Para este 2020, esos recortes presupuestarios comparados con los que tenían durante el sexenio de Enrique Peña Nieto para su operatividad, llegarán a más de 29 mil millones de pesos por otro ajuste que por decreto deberá ser de 75% al gasto de instituciones de gobierno en materiales y suministros.

En 2019, primer año del mandato de López Obrador, cercenó 206. 9 millones de pesos a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) que de tener un techo financiero de 269. 5 millones en 2018, se lo redujo a 62.4 millones: al Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático le tumbó 72.4 millones; al Instituto Nacional de Tecnología del Agua 38.5 millones.

A la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) que de por si arrastraba insuficiencia de recursos para contratar inspectores y realizar con más eficiencia sus funciones le retiró 295.2 millones, y a la Comisión Nacional de Áreas Protegidas quitó 461.5 millones de pesos.

Uno de los impactos más severos e inmediatos del desmantelamiento presupuestal lo sufrió la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) vertiente de la Semarnat, al despojarla de 1,229 millones ocasionando el despido de 16 mil brigadistas de contra incendio.


Por ello, Mayo del año pasado 18 estados del país, no tuvieron recursos para combatir incendios forestales que entre Abril y Mayo consumieron 14 ,916 hectáreas de bosques.

Así llegamos al 2020 cuando la quita global de financiamiento a las dependencias señaladas, asciende a los 29 mil millones de pesos.

En ese marco, no existen esperanzas que la Huasteca Potosina sea decretada como oasis de protección y fomento de recursos naturales, afectando proyectos tan encomiables como el del Geoparque que desde el 2015 impulsa la Universidad Autónoma de San Luis Potosí en coordinación con la Secretaría de Turismo y Municipios y comunidad científica buscando el respaldo y aprobación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) para su declaración.

Sin dinero, y con un gobierno falto de políticas públicas adecuadas para la preservación del Medio Ambiente, no se ve por donde podamos avanzar en su conservación y recuperación de daños.