Dr. Jaime Chalita Zarur
Agosto 08, 2021
El arte de gobernar, debe ser compartido con la sociedad, en una corresponsabilidad que ambas partes, gobernantes y gobernados, no hemos sabido afrontar de la mejor manera, ni siquiera para acercamos a las mejores prácticas de conductas legales.
Pronto cambiaremos de gobernantes, tanto en los municipios de nuestro estado, como en el Gobierno de San Luis Potosí. Es hora de dejar atrás las diferencias y pasiones políticas, para sacar adelante las tareas que nos debemos, para salir adelante en las diferentes problemáticas que nos duelen.
Cada tres y, o, seis años, según sea el caso, renace la esperanza de construir un entorno social más favorable, en el que se pueda vivir mejor, buscando la armonía de la sociedad pero que, es enormemente difícil construir, pues se interponen egos, intereses y soberbias, entre el bien decir y el bien hacer.
La unificación de propósitos comunes, debe ser la fortaleza de nuestra sociedad, convirtiéndose en un elemento vital para distinguirnos como una sociedad progresista de mujeres y hombres en nuestro Estado. De tal manera que en un entorno enrarecido, y mucho, principalmente por la pandemia que vivimos, la violencia que nos maltrata y, la economía que no termina de recuperarse, de tal manera que, de no existir la referida fortaleza, no podríamos ser vencedores.
Mucho más tenemos, como sociedad que hacer para vivir plenamente pero, no será posible si no hay un verdadero cambio desde lo personal a lo colectivo. Una deuda que nos merecemos y habría que pagarla entregados al crecimiento de una verdadera conciencia social.
Las comparaciones son odiosas, dice el proverbio popular. Me parece que cuando se hacen de la manera apropiada, tratando de aprender de las mejores prácticas, es desde luego muy válido. Experimentar formas de vida exitosas, aplicándolas a nuestro entorno, nos da ventajas apropiadas para salir de los problemas similares, que han sido resueltos de buena manera en otros lados.
Enrique Galindo, Presidente Electo de nuestra Ciudad Capital, ha realizado varios viajes, visitando ciudades que han demostrado tener buenas prácticas de gobierno, explorando, pero igualmente, aplicando en adelante, una construcción de armonía gregaria que nos sirva a todas y todos, los que vivimos en la forma de gobierno más próxima a las personas: el Municipio.
El binomio gobierno – sociedad, es y debe ser una fórmula que depende una de la otra parte. Un gobierno sin sociedad, no tendría ningún sentido. Pero igualmente, una sociedad sin gobierno, los que tendríamos sería una relación de conjunto, anárquica.
Así tendría que haber una corresponsabilidad en las tareas que nos toca a cada ente del que hablamos. Los gobiernos son para servir a la ciudadanía; la ciudadanía, tendríamos que cumplir el deber ser, que marca la norma jurídica que nos hace una sociedad de leyes, regida por ellas y, aplicadas o, actualizadas por el ejercicio de gobierno.