Ángel Castillo Torres
Agosto 03, 2021
Algunos de los acontecimientos que aquí se narran son reales// Los protagonistas existen y cobran sueldo en el Poder Legislativo// Una diputada ha inventado una teoría del complot para proteger al culpable// La sociedad tiene derecho a conocer la verdad// Los diputados no deben proporcionar la impunidad.
Los diputados no deben permitir que el Congreso del estado se convierta en la cueva de Alí Babá. Están obligados a promover un castigo ejemplar contra la persona que traicionó su confianza al robar dos televisores de un hotel en Villa de Reyes el pasado 16 de junio. El ladrón le anda jugando al ensabanado pero ya está plenamente identificado. El abuso que hoy se comenta salió a la luz pública gracias a una valiente investigación que realizó la organización Ciudadanos Observando. El dueño de la hostería afectada denunció el hurto y de inmediato se supo que el vehículo utilizado en el atraco pertenece al Congreso del estado y está asignado presuntamente a un ayudante de la diputada de Morena Alejandra Valdés Martínez. Aunque ella, mustia y compungida, lo niega todo. Incluso, para defenderse, amenaza con demandar por difamación y violencia política por razones de género a los dirigentes de Ciudadanos Observando.
Los detalles del robo se lograron conocer una vez que la policía ministerial revisó las imágenes que quedaron grabadas en las cámaras del hotel donde se cometió la ratería. En ellas se puedo observar que dos sujetos salieron apresuradamente del mesón y que el vehículo en el que huyeron portaba los logotipos institucionales del Congreso. También se lograron identificar las placas del automóvil. Con estos indicios el ministerio público solicitó a la oficialía mayor del Congreso informar si el coche era suyo. Ésta oficina tuvo que reconocer que sí, que el vehículo era propiedad del poder legislativo.
Cuando la organización civil Ciudadanos Observando hizo la denuncia a los medios de comunicación estalló el escándalo. Varios legisladores se sintieron agraviados y de inmediato pidieron que se investigara a fondo para conocer la verdad. Para ellos no es aceptable que paguen justos por pecadores. De por sí el Congreso y sus legisladores ya cargan con una pesada loza de desprestigio para tener que tragar saliva y proteger a un abusivo.
Acreditado el robo y luego de que la policía de investigación aportó algunas pistas dejadas por los hampones, surgieron algunas presunciones que señalan que la diputada Alejandra Valdés estaría protegiendo a uno de los sospechosos. Según esta versión la diputada Valdez habría maquinado para que un chivo expiatorio cargue con todo la culpa y propiciar así que su protegido quede a salvo. El cordero pascual listo para ser ofrecido en el altar de los sacrificios sería un zopenco trabajador del Congreso conocido como Marco Antonio N., quién enterado del atraco lo ocultó a sus superiores. Por ello la inocente palomita ha sido convencida de echarse la culpa para salvar el pellejo del favorito de la diputada.
Los legisladores no deben tolerar esta farsa. Un silencio cómplice los ensuciará si no actúan y presionan para que se castigue a los culpables. Sean quienes sean los responsables deben ser llevados ante la justicia. Antes de irse y como una forma de reivindicarse ante la sociedad es su deber facilitar que se imponga un castigo ejemplar a los bandidos. Los ciudadanos tienen derecho a la verdad. Las y los diputados de Morena son los más obligados a deslindarse de este bochornoso asunto. Si su compañera Alejandra Valdés tiene algo que ver en ésta maquinación no deben respaldarla. Los militantes del Movimiento de Regeneración Nacional han jurado ser distintos en el ejercicio del poder, “no somos iguales” ha dicho el presidente Andrés Manuel López Obrador. Así que para ser congruentes con estos principios que se han plasmado en la Guía Ética para la Transformación de México (La famosa CARTILLA MORAL) que AMLO ha promovido como una forma de «moralizar la vida pública de México», los diputados y diputadas de Morena deben exigir castigo a los responsables y dejar que la diputada Valdés se enrede en sus mentiras y complicidades.