Miguel Ángel Guerrero Arriaga
Evidentemente, la crisis hídrica que enfrenta la zona metropolitana ha llegado a un punto en el que no importa tanto quien preste el servicio para abastecerla sino que lo fundamental es ver las alternativas a la mano de dónde tomar o extraer la necesaria para cubrir las necesidades del líquido de los potosinos.
Ahora el gobernador Ricardo Gallardo Cardona ha sugerido la posibilidad de que el gobierno estatal se encargue de ofrecer el servicio de suministrarla reto nada fácil a partir de que la supuesta fuente que la proporcionaría como es presa del realito está a unos días de agotarse a través de las fugas del acueducto y las filtraciones que se encuentran en la cortina de la misma.
Aunque nadie duda de las buenas intenciones del mandatario gallardista al ofrecer a su gobierno como posible surtidor del agua y consecuentemente con funciones de administrador y cobrador de las cuotas por consumo, la verdad, concretarlo podría convertírsele en la piedra del zapato de su administración por lo complejo de la tarea que se echaría a cuestas, además de que fuera de que se hiciera el milagro de que se intensificara la temporada de lluvias y se llenaran los embalses de las presas San José y el Peaje en medida suficiente para reanudar el abasto normal, no se ven otras maneras de disponer de más agua pues el desazolve de los pozos de la ciudad está en proceso además de que la perforación de los seis nuevos puede tardar un buen tiempo por las trabas de la Conagua en función de la veda impuesta en la región.
Antes de que existiera el interapas, el ayuntamiento capitalino y del cobro del servicio y salvo épocas de agudas sequías el suministro descendía pero se salía adelante con una buena coordinación entre los gobiernos estatal y municipal bien respaldados por el federal aunque siempre faltaban recursos económicos para ampliar la disponibilidad del vital elemento.
Por otra parte, no se olvide que el gobierno se ha caracterizado por ser un pésimo empresario y tendría que serlo si debe administrar los ingresos y egresos, por lo que es mejor que le eche una pensadita a esa decisión.
CABOS SUELTOS
Entre la clase política se comenta que sería muy lamentable que por la crisis hídrica se lastimara la excelente relación que llevan el gobernador Ricardo Gallardo y el alcalde Enrique Galindo pues visto está que en mancuerna han rendido espléndidos resultado a los potosinos en lo que se refiere a trabajar conjuntamente en resolver los problemas más graves que afectan a los habitantes de la capital.
