El grito latigó la soberbia de AMLO: «La democracia no se toca».

Toño Martínez

Febrero 19, 2025

Ni los insultos,  rabietas y descalificaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, ni la retahíla de epítetos de Claudia Sheinbaum impidieron que miles de personas salieran a las calles y tomarán las plazas públicas comenzando por Zócalo de la Ciudad de México y a las de  ciudades grandes y pequeñas del país  en la Marcha por la Democracia,  y la defensa del voto este domingo.

Está vez fueron más los participantes porque es claro que no solo acudieron quienes fueron a exigir que la Presidencia de la República o más claro, que López Obrador saque las manos del proceso electoral sino los hastiados y víctimas de la terrible criminalidad que se extiende cada vez más por todo el país destruyendo la paz y la seguridad de cualquier sector, por la incompetencia del Gobierno de la llamada cuarta transformación incapaz de frenar matanzas, asaltos en carreteras, desapariciones, feminicidios,  extorsiones, cobros de piso, asesinato de policías y humillaciones a soldados.

A pesar de que el orador único de la concentración en la capital del país, Lorenzo Córdoba se empeño en señalar que la movilización no llevaba la intención de apoyar a ninguna candidata ni contra el Gobierno de López Obrador, no faltaron los gritos de «¡ Fuera López Obrador !» .

Y así fue por el territorio nacional donde caminaron juntos personas de todos los sectores sociales por la defensa de la libertad del derecho a votar libremente.

Hubo y hay caras largas de preocupación entre la parte oficial y en el equipo de Claudia Sheinbaum que tachó de hipócritas a los marchistas, mientras que López Obrador no paró de decirles paleros.

En cuanto a Xóchitl Gálvez marcó distancia del movimiento para no distorsionar su finalidad, pero en cambio aparecieron dirigentes de partidos por su cuenta y riesgo.

Tampoco se puede negar que flotó cierta simpatía hacia Xóchitl Gálvez.

López Obrador ya se convenció que el bloque ciudadano que exige respeto no es para minimizarse con su arrogancia y veladas amenazas que ya no calan. México está despertando a fuerza de provocaciones y las garrafales fallas del Gobierno que han causado crispación.