El horizonte, parecía no poder ser más negro pero, lo fue

Dr. Jaime Chalita Zarur

Diciembre 26, 2020

Estamos ya, en la última semana de este año 2020, cero, había sido esperado con enorme alegría para gozar de las expectativas de una vuelta más al astro que ilumina nuestros días, pero la sorpresa que nos llevamos, nos causó dolor, desesperación, enojo y desde luego dolor igualmente, en las vidas de la población mundial.

No solo ha sido esta pandemia, también, la economía y por sí fuera muy poco, el aumento en las muertes de hombres y mujeres, tanto por la estela dejada por el COVID 19, como por la delincuencia, arma mortal está última, cuando la impunidad sigue siendo creciente.

El horizonte, parecía no poder ser más negro pero, lo fue.

Con enorme polarización social, conveniente para algunos y no, para la población civil en lo general, pues asistiremos desde ahora a un proceso electoral, marcado por la desconfianza, pero más, por la soberbia de querer ser, efímeramente, dueño del poder y dirección de un pueblo que sufre y, mucho. Es gran pueblo, engañado querrá ser abusado enviándolo a pelear por causas ajenas al interés colectivo.

No hay ninguna otra oportunidad de salir adelante como mexicanos, más que dejar muy aparte los intereses personales y luchar por lo que nos sirve a todos. Esta lucha es, y deberá ser en favor del pueblo mismo; ninguna, absolutamente, ninguna voluntad política hará el trabajo que nos corresponde: la defensa de nuestras libertades sí, pero igualmente, como ello, lo que nos sirve a todos.

Hemos visto cómo el ser humano repentinamente se ha dado cuenta de su fragilidad ante una enfermedad que mata personas y, el miedo se ha apoderado de la sociedad mundial, pasando del terror de ser infectado, al fastidio del encierro.

Pudiéramos haber sentido en momentos que el ser humano cambiaría para mejorar colectivamente. Que teníamos la oportunidad de reconciliarnos y aportar beneficios a la sociedad. Duró poco el sueño social, muy poco.

Sostengo que hemos caído en las envidias, en la avaricia, igualmente en la egolatría y en razón de la impunidad, creada desde la impotencia o, ineptitud, vivimos la ley del más fuerte y letal, que esclaviza a quienes somos semejantes.

El bien común, parece que no existe, idolatrando la apertura al bien personal y de ahí, nada más. El robo, lastimando a la integridad física y patrimonial. Los asesinatos, secuestros, abusos y más, nos dicen que el ser humano, ante la falta de cumplimiento de acuerdos legales, plasmados en normas jurídicas, no le importa más. Quienes mandan son los contubernios, acuerdos para que unos cuantos, en relación al conjunto social, hagan lo que les venga en gana.

La nueva forma de esclavitud, domina a nuestro México. Nada nos salvará de este flagelo sin no lo hacemos juntos pero, en un País como el nuestros que se dividió por el venganza, la tarea es monumental.

Las condiciones fundamentales para revertir semejante daño es empezar por lo básico, Salud, Economía, Estado de Derecho, Cero Tolerancia para abatir a la impunidad. Equilibrio de poderes. Todos grandes temas que desde la sociedad tendremos que resolver. Nadie más.

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