Toño Martínez
Agosto 07, 2019
La cargada a favor de Alejandro Moreno es cínica; pero aun así, Ivonne Ortega lo adelanta en México y en el estado.
Están tan arraigadas las viejas mañas del Partido Revolucionario Institucional para manejar procesos internos, nombrar candidatos a cargos de elección popular y utilizar la “cargada” para imponer dirigencias -como ocurre en la actual contienda para renovar la dirigencia nacional-, que para el priismo de la calle y el ciudadano común, no deja de ser esta una parodia cínica que terminará por desmoronar las ruinas en que esta convertido.
Aunque pudieran ocurrir sorpresas.
Cierto que en política los milagros no existen, pero sucede que Ivonne Ortega Pacheco ha crecido meteóricamente en la preferencia del priismo, que cuidado.
Ortega Pacheco es la enemiga a vencer, y le tiran con todo, hasta con amenazas de muerte como lo hizo el Gobernador de Coahuila Rubén Moreira en descarado entreguismo a Alejandro Moreno… y a Morena.
Pero no la pararon.
Los viejos priistas dueños del partido que decidieron a favor de Moreno Cárdenas, más el trato subterráneo con López Obrador para entregarle al PRI, son intereses muy poderosos detrás de Moreno Cárdenas.
Pero no son invencibles.
Esa cúspide de poder puede ser derrotada por los militantes que votarán el domingo 11 para elegir nueva dirigencia nacional.
En San Luis Potosí por ejemplo, la dirigencia estatal del tricolor por conducto de Elías Pesina Rodríguez, dio “línea” para mover la escasa maquinaria estructural que tiene, con todo y gastos, para promover a Moreno Cárdenas.
Celebran reuniones, saludan y sonríen a comités de colonias y campo – cosa que normalmente no hacen-, hay repartos por abajo del agua de apoyo$$ y en una palabra, a la antigüita andan intensos.
Pero, se están topando con algo que no esperaban: Primero, el desinterés de la gente priista por acudir a votar. No quieren, las resistencias son muchas.
Cuando un promotor de Alito como le llaman a Moreno Cárdenas, llega alegremente a determinado lugar, lo reciben con un rosario de reclamos sobre promesas del PRI en gestoría, respaldos sociales y demás, que nunca cumplieron.
Otra más, para su fastidio y desgracia, es que los que si participarán simpatizan con Ivonne Ortega Pacheco, les guste o no.
Las encuestan serias respaldan esta percepción; Indagar una empresa potosina que ha demostrado alto grado de acierto en mediciones de este tipo, encontró en un muestreo levantado en las cuatro regiones del estado, que Ortega Pacheco capta un 62.07% de intención del voto, contra un 35.79% de Alejandro Moreno y tan solo un 0.25% de Lorena Piñón Rivera.
Otra más, la de Carlos Campos Riojas establece que a nivel nacional un 59.8% respaldan a Ivonne Ortega Pacheco; un 33.59% a Alejandro Moreno y un 7.2% a favor de Lorena Piñón.
Bajo esas mediciones y las simpatías que arrastra, Ivonne Ortega podría dar la sorpresa y vencer todas las artimañas que trae Moreno Cárdenas, para convertirse en la presidenta número 7 del PRI.
De paso, evitarían lo que todo mundo sospecha: Que Morena y Andrés Manuel López Obrador lograran apoderarse del PRI para apoyar sus aviesos planes expansionistas de control político.
No es solo empatía lo que genera Ivonne Ortega, sino su trayectoria de trabajo, de las formidables barreras que tuvo que vencer desde su inicio en el mundo de la política priista, y que a base de empeño enorme decisión la convirtieron en presidenta municipal, diputada local, diputada federal, Senadora y Gobernadora. No ha tenido nada gratis.
Sería darle continuidad al espacio que las mujeres han ido conquistando para dirigir al partido, como María de los Ángeles Moreno Uriegas, Dulce María Sauri Riancho, Beatriz Paredes Rangel, Cristina Díaz Salazar, Carolina Monroy y la actual, Claudia Ruiz Massieu.
Las 6 mil casillas para votar el domingo 11, abrirán en el país a las 8 de la mañana y ahí se decidirá el destino del PRI para los siguientes años.
