Dr. Jaime Chalita Zarur
Diciembre 30, 2024
La vida es un misterio aún, y para todas las personas. Se dice que la vida es el bien que más se aprecia y el que más se debería cuidar. Sin embargo sigue siendo un misterio el nacimiento de una persona y su misión, en esta temporalidad llamada vida.
La seguridad de llegar a este plano llamado vida, es incierta pero, cuando llegamos, la seguridad de morir es lo único que sabemos que sucederá. Unos antes, otros después, siempre estaremos en espera de la ausencia física. La línea del destino, nadie la cruza.
La semana que terminó, ha fallecido un niño de diez años. Un valiente y luchador por su vida la cual, terminó prematuramente y con enorme dolor para quienes le conocimos. Un niño dador de amor y gentileza, de buena Ventura y calidez. En fin, una ausencia física que a toda su familia y a quienes le conocimos ha dolido enormemente.
Las personas que lo acompañaron a su despedida final, en lo general estaban tristes, y tratado de guardar un comportamiento propio, fundado, seguramente, en el temor de perder la vida propia pero además, por lo incomprensible de la ausencia física y el dolor si, se sonaba a sus rostros pero, el común denominador de toda situación tal, era el miedo que se siente de estar tan cerca de la muerte.
Los deseos en los funerales, son de fortaleza y de compasión, aunado a las fechas de estas fiestas de invierno, la pena y el dolor junto a los deseos de buena Ventura se confunden y se funden en el crisol de los sentimientos.
Se celebra el nacimiento de la renovación de espíritu y la inmensa mayoría de las personas se hace participar de ello, en el júbilo del sentir que la esperanza está por llegar aún.
Todo ello podría permanecer en el sentimiento cotidiano y ser personas de bien, como si fuese la celebración del espíritu cada día de nuestras vidas; con seguridad tendríamos un mundo más hospitalario y no tan maltratado por el ser humano.
Última columna de este año, amigas y amigos. Deseo que la dicha y felicidad nos haga a todos mejores seres humanos y finalmente tengamos paz, siendo personas de bien por la necesidad de serlo.@ jaimechalita