Filiberto Juárez Córdoba
Febrero 15, 2025
SIEMPRE SE ASEGURA que la legislatura que está en funciones es la peor de la historia, por los escándalos, desaciertos, despropósitos y desfiguros de algunos diputados, generalmente ocasionados por sus afanes de protagonismo y las ganas de figurar. Unos, para quedar bien con los líderes de sus partidos y, sobre todo, con el jefe político del estado, que viene a ser el gobernador. Los otros para hacer notar que son oposición. Los del partido en el poder quieren demostrar lealtad, para seguir siendo tomados en cuenta cuando su periodo concluya; los de oposición, para conseguir buenos acuerdos y alguno que otro privilegio, seguir, en el vagón de la oposición pero enganchados en el tren la nómina. Hay excepciones y siempre habrá diputados que actúan con seriedad, pero los más son los que, en los dimes y diretes, hacen que se desatiendan temas sustanciales. Entonces es que resulta que la legislatura que es la más peor, según la percepción del momento, termina superada por la que le sigue.
EN LA ACTUAL, estamos viendo diputados y diputadas que realmente están muy verdes y no precisamente porque sean del Verde. Las declaraciones apresuradas de algunos, como Fernando Gámez, sobre los dictámenes de las cuentas públicas, no solo le metieron ingredientes políticos a un tema que debe ser de notoria imparcialidad, sino que pone en entredicho la tarea del personal que hace las auditorías, con seriedad y criterios técnicos. El pretender que las sesiones de comisiones sean virtuales, argumentando que hay diputados que tienen que trasladarse de sus lugares lejanos de residencia, y pedir que eso no les afecte en sus apoyos de gasolina, porque tienen que atender sus distritos, es un despropósito porque lo que cobran los diputados por ejercer su cargo, amerita que al menos se tomen la molestia de estar presentes en su trabajo. Andar haciendo campaña permanente en sus distritos, no es, precisamente, la función que les corresponde hacer. Hay profesores que ganan la cuarta parte de lo que gana un diputado, no tienen viáticos ni apoyos como ellos, y tienen que irse el domingo por la tarde, para estar presencialmente, toda la semana, en los grupos que les toca atender en alejadas comunidades. Qué pensarán ellos de lo que los diputados dicen.
NO TAN SOLO el diputado Gámez, levanta polvareda por sus ocurrencias, la diputada Roxana Hernández, habló sobre las condiciones en que viven las personas privadas de su libertad en el penal femenil del Xolol, en Tancanhuitz. Ella dijo textualmente: “El centro de reinserción social cuenta en convenio con la SEGE, la secretaria de educación del gobierno del estado, y se alfabetiza a las mujeres, se les da licenciatura, primaria secundaria preparatoria, hasta donde ellas consideren llegar. No solo eso, hay convenios con empresas donde ellas laboralmente se desempeñan, y mantienen un salario fijo, esto también desde una gestión, que ha enviado y ha gestionado el ejecutivo, si, hablamos de derechos humanos, es un centro de reinserción donde la directora ha promovido la sororidad, y los lazos de unión y ellas viven bien, viven felices, viven contentas”. A lo mejor la diputada habló para defender una causa y no tomo en cuenta, como mínimo, que aunque la jaula sea de oro, no deja de ser prisión. Que la manden a vivir unos días allá, para que tenga la felicidad que se merece, fue lo menos que la gente dijo.
PARA CERRAR CON BROCHE de oro, la diputada fue invitada a un foro radiofónico, para hablar precisamente de sus dichos, estando junto a los participantes en el programa, mandó un mensaje a uno de ellos, seguramente dirigido a otra persona, que textualmente decía: “ya estoy con estos güeyes, no tienen nada de intelecto, o sea, son gente corriente literal, no siento que sea difícil”. Gerardo Duque, receptor del mensaje, obviamente la cuestionó, y ella le dijo, primero que se había quedado sin señal, le dijeron que el mensaje lo acababa de mandar, entonces dijo que era para otras personas. De todos modos el texto y el contexto, dejan muy mala percepción de la representante popular. A lo mejor, se comentó, a la que le faltó intelecto, literal, fue a la diputada.
OTRO DIPUTADO, Carlos Arreola, se metió en una discusión, con el diputado Marco Gama, en la que más que los argumentos imperó la belicosidad, las descalificaciones y los señalamientos de que ahora si se están haciendo las cosas bien. Comentando está situación un amigo nos dijo que es normal que actúen así, porque ellos sienten que deben estar en su papel de representantes populares combativos. NOSOTROS DECIMOS:
Si la referencia es fiel,
Surgió luego el comentario,
No vaya a ser su papel,
¡Puro papel sanitario!
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adiestraysiniestra@yahoo.com.mx
X @FJuarezC