Miguel Ángel Guerrero Arriaga
Marzo 05, 2023
Agotado como opción política tanto estatal como nacionalmente, el Partido Revolucionario Institucional llega al 94 aniversario de su fundación enfilado a un futuro en el que su principal objetivo será sobrevivir como parte del grupo de fuerzas políticas partidistas pues soñar en posibles triunfos en las elecciones de los años por venir es algo así como perder el tiempo.
A estas alturas de su fundación el partido que puede ufanarse de contar con más glorias electorales pasadas para recordar pues no por nada se le sigue llamando el “otrora invencible” toda vez que bastaba la designación de cualquier candidato para tener garantizada la victoria electoral, por las buenas o las malas.
Sin embargo, es a partir de lograr triunfos a costa de la fuerza que otorga el poder es como nació el hartazgo en la gente, lo que combinado con la generación de gobiernos corruptos y represores, es como la ciudadanía empezó a darle la espalda y a poner sus ojos en la oposición como forma de pasarle la factura provocando sus primeros tropiezos en la disputa de municipios como Huajuapan de León en Oaxaca a los que siguieron otros en estados con hegemonía priista como Nuevo León y el mismo San Luis Potosí.
Desde luego, después de caídas en esos niveles tenían que venir otros mayores hasta llegar al más grande ocurrido el año 2000 cuando el PAN lo sacó de la presidencia del país.
Algo semejante sucedió en SLP donde el tricolor empezó a rodar cuesta abajo al cansarse la gente de imposiciones y fraudes electorales como pasó el 1 de enero de 1986 que incluyó la quema del palacio municipal por la gente indignada ante el intento de imponer en la alcaldía al entonces tricolor Guillermo Medina de los Santos. Tiempo después sobrevendría su desplazamiento del gobierno estatal ganar las elecciones el panista Marcelo de los Santos.
Aunque tuvo un respiro electoral al ganar las elecciones gubernamentales el 2015 con Fernando Toranzo su corrupto ejercicio como el de Juan Manuel Carreras terminaron por apagar toda simpatía hacia el PRI de tal manera que son muy pocos los que se ufanan de pertenecer a este partido en el que no hay nadie con autoridad moral y política para marcar el rumbo o llamar al orden a quienes se brincan las trancas falla que, por lo demás, acusan todos los institutos políticos a lo que se agrega la falta de liderazgos y cuadros con presencia entre los ciudadanos lo que otorga un mayor valor intrínseco al alcalde Enrique Galindo Ceballos quien le haría un mayúsculo favor al ex invencible de llegar a aceptar representarlo en las elecciones municipales.
A nivel nacional las cosas no andan mejores para el PRI toda vez que su cuestionado actual dirigente nacional Alejandro Moreno se ha empeñado en extender su periodo hasta el 2024 con la evidente intención de ser su candidato presidencial lo que la mayoría de priistas repudian.