Entre el discurso y los hechos está la deuda

Dr. Jaime Chalita Zarur

Octubre 23, 2022

La presencia y participación de las mujeres en la vida pública del mundo y, en especial en nuestro país, desde luego en el estado y municipio al que pertenecemos, es creciente, pero además, de la mayor trascendencia, igualmente de importancia para quienes admiramos y respetamos lo que verdaderamente representan para su autodeterminación como seres humanos y, por ello me refiero a ellas en lo particular.

Las oportunidades que da la vida social y política, que da nuestro sistema electoral, está ya muy cercano para recomponer nuestra relación gregaria y, muy seguro estoy que, las mujeres deben de representar el cambio que hemos esperado tantos años en los liderazgos sensibles y firmes de México.

No estoy solo escribiendo de los días conmemorativos en los cuales nos volcamos en halagos y esforzamos las ideas para significar el rol de ellas en nuestras vidas. Si creo que como, en cada fecha que se celebra en particular, cualquiera que sea, aparte de reconocer la festividad, tendríamos que estar actuando en consecuencia, con realidades que respalden lo que se dice.

No hemos tenido la capacidad de trasladar el discurso a los hechos y la deuda con los demás, si, pero, con uno mismo, se hace interminable, exponencial, en una sociedad que reclama, pero en su mayoría no está dispuesta a dar lo necesario para cambiar.

Este mes honramos a las mujeres, particularmente reconocidas en el mes del cáncer de mama, un padecimiento terrible que afecta la salud, igualmente la autoestima de la persona. Para quien lo sufre, no solo enfrenta el quebranto de la salud, pero también, en muchas ocasiones el abandono de quienes están en su derredor.

Luego entonces, con expresiones dedicadas a ellas, como: valiente, vencerás, tú tienes lo suficiente para ganarle al cáncer, triunfarás, creemos que vendrán tiempos mejores para ellas y, no es así.

Quienes logran vencer la enfermedad, se convierten en súper mujeres, pero no le deben nada a nadie y, si, a su entereza para enfrentar el peligro de muerte.

Ellas, son parte de las mujeres que nos pueden cambiar para honrarlas y, la sociedad tener esperanza que nos sensibilicen para terminar con la brutalidad que viven muchas de ellas cada día de sus vidas, igualmente, la que se vive en todo el país.

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