Toño Martínez
Junio 13, 2023
Con la publicación de la convocatoria para renovar a la presidencia y secretaria general del Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional afloran dos corrientes internas que merecen el análisis frio y ético de los priistas potosinos para tomar la decisión correcta que amerita el tricolor en estos momentos cruciales para la democracia.
Por un lado, esta Sara Rocha Medina, impulsada por priistas que requieren de un apremiante cambio a fondo en la organización, proyección y alianzas del partido con las fuerzas y ciudadanos progresistas, y por la otra Eduardo Torres Cano que representa el ominoso mercantilismo y manejo de grupos que caracterizaba al PRI desvalijado en otro tiempo.
Sara Rocha no es una mujer improvisada sino pantalonuda, de carácter firme y valiente a la hora de tomar decisiones, lo cual agregado a una trayectoria de aprendizaje político dentro del PRI y experiencia en cargos públicos, aunado a su sensibilidad de mujer, la ubican como la persona necesaria para dirigir al PRI potosino, en momentos coyunturales y de gran desafió como será el proceso electoral del 2024.
Esta fresco por otro lado, el mal humor y frustración que provocó al priismo local, la venta de candidaturas en los pasados procesos electorales a cargo de Eduardo Torres Cano, que fue una de las causas principales que aceleró la deserción de priistas y eso los de vieja cepa y a los que tienen la convicción bien arraigada no se les olvida. Esa mancha ni con fabuloso, ni con pinol se la podrá quitar jamás.
De acuerdo con la convocatoria, la responsabilidad de elegir a la presidencia y secretaria general recaerá en el Consejo Político Estatal cuya decisión tendrá que ser emitida el 17 de este mismo mes. También establece que a partir del día 15 queda abierto el registro de planillas y precisa que si solo hubiese una sola propuesta quedaría sin efecto los demás procedimientos electivos, porque se irían en unidad. Por consecuencia no habría necesidad de efectuar campaña de proselitismo y esto es coherente con la realidad estructural y financiera que enfrenta el PRI ahora.
No existe para Sara Rocha, como secretaria de organización del PRI estatal y presidenta en funciones tras la renuncia de los ex dirigentes Elías Pecina Rodríguez así como Yolanda Cepeda Echavarría, ningún impedimento para que pueda presentarse como candidata para las elecciones del partido, a fin de concluir el periodo 2020- 2024.
No conviene al partido regresar a los esquemas del pasado, cuando las dirigencias servían a intereses de grupo o a políticos en el servicio público, ya está muy deslavado como para volver a ese esquema viciado y corrupto, más ahora cuando urge un equilibrio de fuerzas políticas en el país.
