Profr. J. Jesús Eloy Vázquez Leos
Septiembre 21, 2020
ACOSTUMBRADOS A SEGUIR los dictámenes fijados por las agrupaciones sindicales, los trabajadores de la educación lograron consolidar una dirigencia nacional que agrupó a asociaciones dispersas en el país y formar con ellas una unidad de lucha gremial. Desde antes del Porfiriato, durante él y antes de la revolución las falanges laborales tomaron la ejemplificación de sus congéneres y lucharon por formar unidades de combate en contra de la explotación patronal; la intelectualidad marcó el inicio y los grupos magonistas pusieron el ejemplo, los sindicatos nacieron bajo la luz de sus ejemplos y uno de ellos, el magisterial fijó el camino. 1943 y la creación del SNTE iluminó el sendero docente.
SE INTEGRARON SECCIONES estatales y se les dio número distintivo en cada estado de la República y con ello la autoridad suficiente representativa para esgrimir la defensa de los derechos laborales magisteriales que muchos de los casos, sobre todo en San Luis con el cedillismo y antes eran violados; hubo agrupaciones potosinas de maestros antes de la sección o secciones, y en cada una de ellas las dirigencias se formaron con líderes grupales tocados al calor de las reuniones en las que se ponía de manifiesto los descontentos por la falta de protección magisterial. La historia de la sección 26 y de la 52 reviste la característica de lucha gremial contra del patrón y muchas veces contra sí misma.
EL LIDERAZGO NACE en el centro de esas luchas externas e internas, los grupos se forman y forman a quienes han de representarlo; no es cualquier cosa el convertirse en líder de una agrupación sindical, es necesario tener pleno conocimiento de lo que es el derecho y la obligación, es necesario el convivir estrechamente con sus seguidores, es necesario saber los intríngulis políticos, es necesario tener el calor de quienes lo siguen, por fuerza debe de ser el contacto de las necesidades de sus representados y los satisfactores que necesitan. Un líder debe de llegar a la dirigencia bajo el consenso de la causa y efecto.
EN EL HISTORIAL de las secciones sindicales de San Luis la trayectoria descrita se inmiscuye en el devenir del magisterio y tanto a las 52 como la 26 han transcurrido entre luchas internas de grupos contra grupos y líderes contra líderes llevando tras y delante de sí la representatividad de apoyo de los agremiados; el magisterio potosino ha tenido así buenos líderes y alguno que otro que equivocó el camino torciendo el destino de las miras del gremio. Muchos cayeron inicialmente en el trayecto de la lucha, muchos lograron el objetivo de representatividad con logros comunes, muchos tuvieron también sus miras personales llevando en sus manos logros particulares. Ha habido de todo pero a favor de aquello la permanencia sindical, a pesar del patrón, sigue su cauce.
HOY, UNO DE esos líderes ha caído en manos o garras de la muerte; murió en actividad gremial, permaneció en su puesto hasta el último momento, no lo arredró el contacto con sus representados, se sostuvo en el desempeño de sus tareas como Secretario General llevando en sus manos la defensa de sus compañeros cuando así lo ameritaba. Electo en junio de 2016 en el XXIII Congreso Seccional, bajo el padrinazgo de sus compañeros ex líderes y el voto mayoritario de 471 delegados, Alejo Rivera Ávila tomó en sus manos la dirigencia de la 26 y logró en la tercera tentativa asumir el cargo protestando “defender los postulados del SNTE”. Dejó huella como todo líder sindical y fincó su trayectoria en la unidad de los 81 miembros de su comité seccional, titulares y suplentes, activos y representantes ocasionales; luchó y logró tener un buen paso con la parte patronal.
ANEXO ÚNICO.- Mariam Alejandra, Emmy su padre cumplió con su cometido.