Sequía y suelos pobres mermarán en 750 mil toneladas la zafra.
Toño Martínez
Factores como la sequía, empobrecimiento de los suelos y el elevado costo de fertilizantes provocarán una caída del 11% en la producción de azúcar en la Zafra, 2022 -2023, equivalente a 750 mil toneladas menos sobre lo programado.
Sin embargo, para efectos del pago de tonelada a cañeros no tendría mayores repercusiones, tan es así que el precio de liquidación final de zafra se fijó en 16,550 pesos de acuerdo a la declaración del vicepresidente de la Camara Nacional de la Industria Azucarera y Alcoholera (CNIAA) Manuel Enrique Pay a «Él Economista».
El estimado inicial para la fabricación de azúcar refirió en la entrevista, fue de 6.1 millones de toneladas pero apenas se llegó a 5.4 en comparación con la molienda 2021-2022.
El problema de la sequía afecta específicamente a los ingenios de la región del Golfo de México ubicados en San Luis Potosí, Varacruz, Quintana Roo y Tabasco donde ha sido más prolongada la falta de lluvias; en cambio los de la zona del Pacífico no tendrán mayor problema, explico Manuel Enrique Pay.
En la zona del Golfo se encuadra la región Golfo Huasteca donde están los ingenios «Plan de Ayala», «Plan de San Luis», «Alianza Popular» y «Beta San Miguel» ubicados en San Luis Potosí.
Abordó en este contexto Manuel Enrique un tema crucial urgente de ponerse en práctica como el tratamiento de aguas residuales de los ingenios para utilizarse en riego de caña.
Expresó Manuel Enrique que no se requieren grandes inversiones porque son tratamientos sencillos, para la separación de grasas y aceites y la decantación de solidos.
Habra que resolver el problema del agua caliente que surge de las industrias porque si llega a los cultivos los dañaría.
Dijo que la contaminación ingresa a los ingenios procedentes del campo de cultivo por el uso de agroquímicos a través de la caña.
Hizo referencia también al caso del uso de cosechadoras de caña que por una parte mejoran el rendimiento en corte pero dañan los suelos que tardan hasta millones de años en recuperarse.
Para la CNIAA queda claro que la industria cañera-azucarera vive un momento coyuntural que no puede esperar la búsqueda de soluciones.