Brigada médica es más aceptada cada día.
Toño Martínez
Mientras en escenarios políticos y anuncios espectaculares de gobiernos se presume de exitosas acciones en salud para todos, en comunidades indígenas y zona rural en general igual que en los asentamientos irregulares en las orillas de la ciudad la realidad es muy distinta.
Con esta verdad innegable se ha topado la brigada de salud que apoya a la «Fundación Palomares» en llevar servicios de salud a la cordillera tének.
Hombres, mujeres y niños acuden para recibir consulta en galeras o improvisadas tiendas, en medicina en general, odontología, ginecología, traumatología, con respaldo en medicamentos, análisis de laboratorio y ultrasonido en casos que lo ameriten y todo sin costo alguno.
Después de haber iniciado está altruista labor en la comunidad de «Rancho Nuevo», el sábado anterior estuvieron en «La Pila» donde 120 personas fueron atendidas de diversos padecimientos incluyendo problemas psicológicos.
Incluso un payasito que se nombra «Cucharín» se integró a la brigada para llevar alegría a los niños, que es un factor muy importante para la salud integral.
Ocurre una situación bastante contradictoria en la zona tének, y es que aunque existe una o dos clínicas del Seguro Social, y/o casas de salud no tienen médicos suficientes ni medicamentos y cuando alguien enferma batallan para trasladarse a clínicas u hospitales públicos por carencia de recursos económicos tan solo para el transporte.
La gratitud de la gente sencilla de las comunidades por la brigada, se refleja en la comida tradicional que ofrecen a los médicos y brigadistas.
Está acción, señaló el presidente de la fundación, Víctor Manuel Palomares Tejada, se llevará a otros polígonos de familias vulnerables porque la salud es primero.