Los Zarate, Candela, Gutiérrez y otros entre los favorecidos en Pujal-Coy.
Toño Martínez
Para los productores más pobres del sector social en Pujal-Coy la desaparición de Financiera Rural no tiene ninguna repercusión, porque solo favorecía a los grandes agricultores y ganaderos que se quedan con sus recursos mientras los demás solo recibían migajas, señaló Pedro González Gómez, coordinador estatal de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC).
Por eso, dijo, su desaparición, ni nos va ni nos viene porque no perdimos lo que nunca tuvimos.
La financiera fue un remedo del Banco Rural que también canalizaba sus recursos a los de apellido ilustre, a los cañeros, encumbrados ganaderos y productores mientras el pequeño y micro tenía que rascarse con sus propias uñas.
Los que todo obtenían fácilmente de la Financiera en esta zona eran los de apellidos de poder económico como los Zárate, Mora, Candela, Gutiérrez que formaron grandes emporios mientras el número de pobres del campo aumentó, refirió González Gómez.
Pero no todo paró ahí sino que favoreció el coyotaje y el surgimiento de comercializadoras que se convirtieron en otra herramienta de explotación del sector social rural, ya concedían préstamos a los micro y pequeños productores pero con tazas de interés más altos que los de la propia financiera y difícilmente podían salir de su deuda.
El campesino se vio acorralado para caer en sus manos derivado de los años de sequía en la zona del Pujal-Coy y hubo quienes, muchos, se vieron orillados a vender o rentar su patrimonio para abonar. Se vivía y vive como en la época de las grandes haciendas donde por causas como esa los productores se convertían en peones y vivían en la miseria porque tenían que entregarle sus cosechas al potentado, añadió.
«Los han tenido del pescuezo» y ni los Derechos Humanos ni legislación se respetan. Por si fuera poco el Gobierno actual desapareció programas y apoyos al sector social agropecuario y vemos como quienes trabajaban su tierra para vivir ahora son empleados de fábricas como las empacadoras Gusi y Praderas Huastecas bajo el espejismo de tener un sueldo y prestaciones; eso no les devuelve su dignidad ni su patrimonio, expreso enfático.
El tema del campo enfrenta grandes ironías e injusticias ya que por un lado productores del norte como Sonora tienen altos rendimientos en granos y ganado pero por falta de precio muchas veces no recuperan ni los gastos de cosecha.
En cambio el Gobierno compra enormes volúmenes de maíz, frijol, soya, arroz y otros granos a Estados Unidos, Brasil y Argentina, pero son transgénicos y el daño que ocasionan a la salud lo veremos en tres o cuatro años aseveró el líder de la CIOAC.
Refirió que en el extremo de la cadena de injusticias del sector rural están los indígenas y micro productores que cultivan vainilla, naranja, café, padecen terrible miseria porque no hay programas para apoyarlos, están abandonados.
Lo que debemos hacer, expresó Pedro González Gómez es organizar a los productores marginados, unirnos y armar un plan de desarrollo para presentarlo al próximo gobierno ya que el actual de López Obrador ya se va y con esperanza de que genere cambios de fondo en la política de impulso y justicia al sector social del campo y buscar respaldo de gobiernos locales porque también a los municipios les paga por la cantidad de apoyos que reciben para la sobrevivencia del campesino, del indígena; la desesperación y el hambre no son buenas consejeras.