Toño Martínez
Febrero 20, 2019
La salida del PRD divide opiniones sobre su futuro político, pero reposiciona su imagen, que ni que.
José Ricardo Gallardo Carmona “El Pollo”, volvió a los primeros planos del debate político potosino, tras su renuncia – que en realidad fue madruguete-, al Partido de la Revolución Democrática y reposicionan su perspectiva para disputar la gubernatura del estado en el 2021.
A lo largo de los 17 años de carrera política en el PRD, el empresario ex alcalde de Soledad de Graciano Sánchez ha estado en el ojo del huracán, porque vino a sacudirle el tapete a los hasta entonces dueños del poder político en la Capital del Estado y zona conurbada, los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional.
Osadía, terrible atrevimiento que en una sociedad mocha, conservadora y dominada por el PRI y el PAN viniera un izquierdista amarillo socialistoide a arrebatarles el dominio desde el 2012, cuando ganó la alcaldía de Soledad de Graciano Sánchez con un soporte popular sustentado en acciones y programas sociales que los otros ni se imaginaban.
Para aumentar su enojo, Gallardo Cardona ganó en el 2013 el Premio Nacional al Desarrollo Municipal por el nivel alcanzado en el fortalecimiento de las instituciones, buen gobierno, desarrollo social sostenible, ambiental y económico.
Los vecinos –capitalinos- no lo podían creer, porque lo comparaban como Atila frente a Roma; hacían novenas, conjuraban, pagaban oficios religiosos y lo ponían al nivel de chamuco al que debían exorcizar para detener su avance.
Pero fue al revés porque en el 2014 tras pedir licencia se va a buscar la gubernatura del estado y los tenía espantados pues su popularidad crecía.
Comenzaron los complots, a buscarle y escudriñar hasta en los papeles sanitarios del basurero pare encontrar el error que fuera y pararlo.
Teniendo los priistas de su lado a las instituciones de seguridad de su lado en el país, le pusieron el dedo y lograron que la Procuraduría General de la República (PGR) abriera una investigación en su contra a partir de un violín que había comprado en 5 millones de pesos –mucho dinero-, y le agregaron asociación delictuosa, lavado de dinero al desviar, dijeron, 200 millones de pesos de la Presidencia Municipal a empresas de su propiedad y zas, que lo apresan en Hermosillo Sonora bajo el cargo de narcotráfico.
Pero, ni los priistas ni los panistas que lo consideraban a él y su padre Ricardo Gallardo Juárez asunto liquidado en el campo político, esperaban un nuevo golpe cuando, en 2015, este último se lleva el principal bastión, la Capital del Estado convirtiéndose en presidente municipal.
Eso sí, su paso por la alcaldía fue polémico y lleno de señalamientos de corrupción, como cuando lo acusaron de haber falsificado la compra de medicamentos por 70 millones de pesos, llenar de aviadores la nómina, desviación de recursos públicos para financiar acciones populistas sin sustento como plantas de agua gratuita para la gente, despensas y así por el estilo.
Algo de eso hubo porque cuando quiso reelegirse no pudo y fue vencido por Xavier Nava que recuperó el color azul para San Luis Potosí capital.
Volvamos al caso de Gallardo Cardona hijo, quien apenas duró 11 meses en prisión porque ninguno de los cargos que le imputaron fue probado y lo tuvieron que soltar en Diciembre del mismo año de su detención.
Y que vuelve a la política ganando una Diputación federal, porque para la gente había sido un mártir y votaron por él.
Se convierte en coordinador de la bancada perredista en la Cámara de Diputados, pero su partido tras la alianza que formó con el PAN y otras corrientes políticas para las elecciones presidenciales del 2018, saltó de confusión en confusión de criterios y eso, más la ronda que le hacían dirigentes y miembros del Movimiento Regeneración Nacional, al grado de conseguir su votación y de 8 Diputados más amarillos a favor de la Guardia Nacional, lo llevaron a romper el cordón umbilical con el PRD.
Pero lo raro de todo, es que para el común de la gente, Ricardo Gallardo Cardona sigue siendo “El Pollo”, ese que manejó de manera estupenda programas sociales a favor de los pobres más pobres, y volvieron a ponerle los ojos para su proyecto hacia la Gubernatura del estado, aunque él mismo haya dicho –la clásica mentira-, que no la buscará.
Como sea, con apoyos y rechazos porque hay sectores sobre todo de poder económico que afirman no harán nunca migas con él, “El Pollo” se incrusta otra vez en las perspectivas para la gubernatura dentro de dos años y medio.