Miguel Ángel Guerrero Arriaga
Agosto 25, 2020
Con todo y lo cuestionable que pueda ser su anticipación en las actividades proselitistas es evidente que el actual diputado federal y ex alcalde soledense Ricardo Gallardo Cardona hábilmente ha tomado el esquema aplicado por el presidente Andrés Manuel López Obrador durante su campaña electoral por la presidencia y aún antes de ser candidato en lo que respecta a comprometerse a ofrecer beneficios económicos que concretaría en caso de resultar ganador en las elecciones.
Como se recuerda, AMLO desde antes de ser postulado a la presidencia de la república ya andaba prometiendo auxilios económicos a sectores específicos, que, debe reconocerse, empezó a cumplir tan pronto tomó posesión del cargo como el apoyo a los “ni nis”, aumentar el que había a los adultos mayores y becas económicas generalizadas a estudiantes preparatorianos, acciones que le han significado contar con el respaldo de una base social considerablemente amplia que se refleja en la aprobación que recibe en las encuestas de los que una gran mayoría formaron parte de los 30 millones de mexicanos que lo favorecieron con su voto para llevarlo a la presidencia de México y aunque trataron de restarle fuerza acusándolo de actos anticipados de campaña por sus promesas en ese sentido, finalmente arrasó en el proceso electoral.
Quizás tomando esa estrategia como referencia, el pollo menor Gallardo Cardona ha empezado a seguir los pasos de AMLO imitándolo en eso de prometer que con su triunfo mucha gente saldrá beneficiada económicamente hablando mediante diversas medidas que tomaría tan pronto salga triunfador el 2021 en la disputa por la gubernatura.
Esto lo empezó a hacer unos meses atrás cuando llegó la etapa de pagar los derechos vehiculares al gobierno estatal los que según dijo, durante su eventual gobierno serían cancelados, posteriormente, al acercarse la fecha en que tradicionalmente se celebra la FENAPO volvió a prometer que durante su mandato el acceso y el disfrute de los juegos y atracciones que ofrece serían gratuitos.
En esa líneas RGC en una de sus últimas declaraciones en este contexto acaba de prometer que al llegar al gobierno buscaría que en la UASLP no se cobrara por las titulaciones como valiéndole gorro la autonomía de la institución.
Desde luego los ofrecimientos del pollo no dejan de ser tema de conversaciones en las mesas de café y reuniones donde se hable de política bajo la apreciación de que mejor entregue esos beneficios a los necesitados en vez de dejarlo para que se lo roben otros, lo que necesariamente desata la polémica.
No está claro si seguir la huella de López Obrador le dará el mismo resultado electoral o si autoridades como el CEEPAC deciden pararlo en seco pero, mientras tanto ni suda ni se abochorna y él sigue comiéndole el mandado a sus eventuales rivales.
