Gobierno al negocio del transporte

Miguel Ángel Guerrero Arriaga

Julio 28, 2022

Si como lo señala el secretario estatal de comunicaciones y transportes, Leonel Serrato, el Metrobús pasará a convertirse en una empresa operada por el gobierno estatal con él como encargado de la misma significa que en automático pasará a formar parte del gremio de los camioneros, campo en el que como empresario el gobierno no ha mostrado efectividad cuando incursionó en esa actividad en el pasado.

Como lo apuntó Serrato, dicho sistema de transporte ya no será llamado red metro sino “mi bus” con lo que se expone a que el rector le diga que no sea mmon como dicen en las redes sociales y así cobrarse el feo calificativo que le endilgó hace poco en la polémica por becas de transporte a estudiantes.

Pues bien, la futura empresa que conducirá el actual notario y próximo nuevo camionero que iniciaría con 20 nuevas unidades para trasladar cien personas cada una con una inversión de varias decenas de millones de pesos y que no serán entregadas en concesión sino que darán entrada como nuevos inversionistas a los que llegaran a hacerse cargo de operar unas de esas unidades.

No es una novedad que el gobierno sea empresario en el negocio del transporte urbano pues en tiempos del profesor Carlos Jonguitud Barrios para hacer frente a una crisis con los camioneros creó aquellas líneas perimetrales y radiales de lo que nunca se rindió cuentas y que con el paso de los años dejaron de prestar servicio al no haber control sobre la condición de las unidades ni el servicio que prestaban las unidades amarillas que fueron abandonándose por distintos rumbos y talleres mecánicos de la ciudad las que en su momento sirvieron como remedio inmediato del problema pero su permanencia como empresa fue un fracaso.

En cuanto a la posibilidad de que particulares entren en calidad de nuevos inversionistas tampoco le ha ido bien al gobierno en el negocio del transporte con ese esquema.

Prueba de ello fue el experimento en ese sentido realizado durante el interinato del ingeniero Gonzalo Martínez Corbalá quien para impulsar la renovación del parque vehicular del transporte gestionó ante Banobras créditos para que los camioneros compraran unidades nuevas fungiendo el gobierno como su aval.

Según el acuerdo de aquellos tiempos, los concesionarios pagarían los préstamos conforme los ingresos que obtuvieran, incluso, pagando diariamente en abonos con morralla en una oficina que se habilitó para tal efecto.

Como se sabe nunca se terminaron de cubrir los créditos y se entiende que el gobierno absorbería después los faltantes, recuerdo que confirma que la instancia gubernamental nunca ha sido efectiva en el ámbito empresarial lo que aquí queda para la reflexión.

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