Miguel Ángel Guerrero Arriaga
Marzo 07, 2023
Hoy que se celebra el día internacional de la mujer, vale la pena reflexionar que el festejo no solo está dirigido a las mujeres admirables que por cualquiera de sus cualidades o capacidades han destacado en alguna actividad lo que las hace atraer la atención y servir de ejemplo, sino que también son dignas de celebración muchas que desde ámbitos discretos se constituyen en pilares y motores de sus familias que las hace indispensables para quienes las rodean o dependen de ellas.
Desde luego, es innegable el merecedor homenaje que debe rendirse este día a las mujeres exitosas que con su esfuerzo han escalado la cima en su trabajo y aún en la pirámide del poder, pero: ¿no merece semejante distinción aquella humilde mujer que en un pequeñas viviendas enclavada en lo más profundo del árido campo lucha diariamente por estirar lo más que le es posible lo poco que le acerca el jefe de familia para sobrevivir?” episodio que habrá de repetir día con día hasta su final.
También el reconocimiento debería extenderse hasta aquellas que son madres de varios hijos cuyos padres huyeron de la responsabilidad de alimentarlos o, peor aún, que murieron dejándolas con la obligación de ejercer la obligación de jugar los dos papeles en un reto que las lleva a consumir sus fuerzas y en no pocas ocasiones hasta la vida a las que la realidad ha identificado como auténticas guerreras.
Lo mismo puede decirse de esas mujeres que diariamente se ven obligadas a multiplicarse para sobrevivir al tener que ir al trabajo y sacarle jugo a las horas para llevar y recoger al hijo de la escuela, con la mente puesta en la esperanza de llevarlos a un mejor futuro.
Incluso sería una injusticia no incluir en el homenaje a esas pobres mujeres que con sus pequeños a cuestas sus tratan de hacer piruetas circenses con pelotas en los cruceros de las calles implorando la caridad de los conductores en espera de que las recompensen con unas monedas que servirán para ofrecerles algo de comer a los que llevan en sus agotadas espaldas.
Por supuesto, tan son dignas de ser reconocidas todas ellas tanto como las grandes damas constructoras de admirables familias que no dejan de recibir el reconocimiento cada día por su invaluable labor.
Por ello, desde este espacio nuestras mayores felicitaciones hoy en su día a todas las mujeres a las que no debemos de homenajear por su papel fundamental en la vida de todos.
CABOS SUELTOS
Por cierto, en las marchas que hoy llevarán a cabo diversos colectivos feministas reclamando legítimamente respeto a sus derechos ojalá y cuiden que no se infiltren los indeseables de siempre que aprovechan los movimientos para cometer desmanes y causar destrozos a edificios y negocios.