Huasteca deja de ser ranchote de descanso para gobernadores

Toño Martínez

Agosto 14, 2019

Carreras López le apuesta a su desarrollo y abre las puertas al futuro con acciones como el aeropuerto

Hasta hace pocos años, la Huasteca Potosina no pasaba de ser una zona de descanso con ranchos, mansiones y casitas pintorescas de fin de semana, e incluso coto de caza para gobernadores de San Luis Potosí y amigos políticos.

Era también el refugio ideal para “casas chicas” donde las verdes montañas, amaneceres neblinosos, valles hermosos cruzados por aves canoras y sus trinos; ríos y riachuelos de mágico candor, más la poca accesibilidad de caminos, favorecían que los políticos de altos vuelos disfrutaran de borracheras, banquetes y desde luego, de las mieles de amores prohibidos.

Por ello la inversión pública para el desarrollo de sus 58 municipios, sus comunidades pintorescas pero aisladas y sin servicio –les convenía mantenerla así para no ser interrumpidos en sus descansos-, era a cuenta gotas.

Canalizar obras o acciones dejaba de ser una obligación de ley, para quedar a contentillo y benevolencia del gobernante.

Claro, la ignorancia de alcaldes sobre las leyes que obligan a Gobiernos estatales a la distribución equitativa de recursos a cada región para el desarrollo de los pueblos, favorecía ese formato ofuscado.

Por eso, cuando un gobernador llegaba a determinado lugar, los alcaldes

vaciaban las arcas municipales para darle un recibimiento de semidiós con banquetes, bandas de música, porras, niños con ramos de flores, mantas de “Esta es su casa” o “Gracias por su visita”.

Jamás lo gastado compensaba lo recibido es decir, a veces el Gobernador al calor de los wiskis contestaba a alguna tímida petición de obra, y nada más.
Era cuando si el Gobernador visitaba alguna escuela o colonia, lo primero que hacía el alcalde era planchar las calles por donde pasaría, repararlas, reponer lámparas del alumbrado, no dejar un solo bache, y por ello el comentario irónico de la gente era “Ojalá venga más seguido el gobernador para que nos mejoren las calles”.

Carlos Jonguitud Barrios hizo tímidos cambios en las políticas públicas de atender los pueblos, y sembró escuelas; hasta ahí.

Horacio Sánchez Unzueta abrió caminos, Marcelo de los Santos Fraga amplió el contexto de invertir para el desarrollo y abrió oportunidades.

Pero el Gobernador actual, Juan Manuel Carreras López inyectó dinámica a la responsabilidad del Ejecutivo para coadyuvar al progreso integral de la Huasteca, fomentando con ayuntamientos convenios de mezcla de recursos para obras y acciones lo mismo en Tancanhuitz que en Tanquián, Tanlajás, Aquismón, Xilitla, o Tamazunchale y en los demás; ha sido el primero en establecer un acercamiento constante con sectores productivos como el cañero y ganadero con apoyos directo; ha trabajado para fomentar el turismo, cultura, educación sin distingos, lo mismo para las ciudades que las zonas rurales y en especial los indígenas.

Y en el tema de empleo y economía logró la cerecita del pastel ha sido lograr del presidente de la Republica Andrés Manuel López Obrador, la modernización del aeropuerto de Tamuín y ampliación de pista para promover de manera directa el turismo y la inversión.

En una segunda vertiente, gestionó Carreras López y obtuvo que la empresa Aeromar estableciera una ruta de vuelos desde Tamuín precisamente hacia la capital del país dos días a la semana.

Con acciones así, Carreras López no solo afianza a la Huasteca como región de gran futuro, sino que finca bases para contribuir a su desarrollo integral. No por nada cuenta con un buen nivel de aprobación hacia su gestión.


Aquello de ser la región de casas de campo para gobernadores y políticos queda en la historia