Dr. Jaime Chalita Zarur
Agosto 21, 2022
Los clásicos del pensamiento fundamentalmente, ya las ideologías que ayudan a formarlos y, de donde cada quien se hace seguidor, son las formas diferentes de pensar, las cuales de mi parte son muy respetables, en la búsqueda del debate que nos de mejores formas de vida.
El neoliberalismo, el conservadurismo o, el liberalismo y, sus intermedios para no estar en los extremos, son eso: formas de pensar que pueden convencer a tal o cual persona y el debate en torno a las ideas es muy bueno, siempre y cuando no suceda lo que nos ha venido pasando históricamente: pelear cuando no se llega a acuerdos e imponer neciamente, por la fuerza lo que los más débiles tendrán que aceptar.
Finalmente, la separación social en torno a las ideologías, solo les sirve a quienes tienen el poder para conservarlo, para ejercerlo o, para quedarse en él.
Todas las ideas entorno a lo debatible, terminarán en donde mismo: el dinero. Es el medio de subsistencia de la humanidad en cualquiera de sus modalidades, desde que todo cuanto es material se le ha ido poniendo un precio y pagado en intercambio de mercancías o, de algo material que la humanidad haya inventado como moneda de cambio.
Las ideologías terminan donde mismo; el dinero que es necesario para girar el mundo. De otra manera porque tanto pleito; eliminar lo que cuestan las cosas y terminamos con tanto problema. Desde luego no es el caso, pero, caray, imponer ideologías que terminan siempre en el uso y abuso del dinero y que, de paso nos confronten como Nación, no es moralmente aceptable.
Los pretextos son las ideologías, pero, la realidad es la riqueza que puede resultar de los engaños. No hay absolutas verdades, nadie las tiene, son muchas verdades buscando lo mismo y con sus intereses particulares.
La “democracia” parece entonces como el gran negocio de las ideologías en la historia de la humanidad. Se trata de por medio de votar y ser votado, haciendo promesas que casi no son cumplidas, hacerse de una posición que permita resolver problemas económicos de un Pueblo sediento de justicia, educación, hambre, vivienda, salud y, ahora, de paz.
Las ideologías son buenas en la medida que permitan llegar a los acuerdos de convivencia gregaria. No todo tiene que ser blanco o negro pues quienes vivimos en determinada demarcación somos personas diferentes, con formas de pensar diferentes.
Desde luego, echar culpas a las ideologías afines a las personas, son salidas fáciles. Ninguna ideología propone que el pueblo sea pobre o, sea violento; son los seres humanos quienes en su locura de ser y tener más poder y dinero, quienes han echado a perder la vida de los demás.
Cultura de trabajo y esfuerzo en la práctica de valores si, afirmativamente, es muy necesario. Cada quien con su filial ideológica pero, jamás imponerla a los demás o culpar a las diferentes formas del pensamiento, cuando las acciones de las personas son las que causan las desgracias que se viven.