Impunidad y uso político de la ley

Dr. Jaime Chalita Zarur

Agosto 19, 2020

La paz social debe reflejarse en el respeto a la ley y las instituciones que deberían ser las garantes y vigilantes de su cumplimiento. Más allá, inventando nuevas formas de aplicación legal, caeríamos en la hegemonía de la barbarie: la ley del más fuerte. Parece que Darwin no quiso equivocarse en su teoría de la selección para sobrevivencia, especialmente con el ser humano.

La posibilidad de tener un mejor país, se va apagando conforme pasa el tiempo y, aún a pesar de estar llenos todos los espacios cibernéticos, radio, televisión, medios escritos y demás, de reclamos por la calidad de vida que tenemos, no avanzamos en la vida gregaria. La corresponsabilidad es compartida en cualquier forma y así, socialmente indiscutiblemente.

Pareciera que nos estancamos en el tiempo de la Inquisición o, cuando muy bien nos vaya en el siglo pasado. De la inmensa mayoría de la población se ha abusado y, así lo hemos denunciado, porque la aplicación de la ley está siendo usada, no en busca de hacer la justicia que debiera y abatir la impunidad, pero si, utilizándola políticamente, lo cual no es de ninguna manera nuevo.

Todos los medios de comunicación consignan el proceso que se le sigue a Emilio “N” que por ser “colaborador del Estado” es tratado con enormes indulgencias. Pero caso contrario al de Rosario Robles de quien el Presidente de la República Mexicana, ha dicho que la diferencia es, que Ella no quiere ser aliada de nuestro país.

Emilio “N” tiene un trato muy selectivo y personal. Con fortuna vemos cómo el Fiscal General de la República, en su rueda de prensa, aclara algunos los puntos de este presunto delincuente.

Independientemente del curso que tomen las investigaciones, esperando que ahora se haga esa justicia que se ha negado a los mexicanos, incrementando la impunidad, vemos cómo lo violento de los tiempos que vivimos, y no solo me refiero a las muertes de alto impacto, sino también, cómo se nos ha modificado nuestras vidas, cuando se suma un elemento más, como es el miedo que sentimos al ser vulnerables como personas pudiendo perder nuestra salud y, por lo cual, reaccionamos desde la sociedad, igualmente, con una conducta violenta.

Las instituciones deberían ser encaminadas al cumplimiento de las leyes que hacen el Pacto Social posible pero, se han pervertido a través de las personas que las han dirigido y, desde luego que por razones de la lucha en contra de la corrupción, desaparecerlas, no debería ser un camino que habría que seguirse, so pena de caer en el autoritarismo que asoma su perfil en México.

En las condiciones en las que está el país, menos habría que manifestar que para que se cumpla la ley o, se persiga a cualquier persona, como presunto delincuente, someterlo a consulta popular. El peligro en el que se incurre, raya en la indolencia, pero igualmente, en la irresponsabilidad. La incompetencia para defender a las víctimas ha llevado a las personas a linchar sumariamente a los presuntos delincuentes.

Inculcar conductas en las que, sublimemente se induce a la venganza como la que se presume de la más alta tribuna de la administración, es un grave peligro. La negación de la vitalidad y recuperación de las instituciones que dan sentido a un país cualquiera que presuma de civilidad, nos aleja del orden y disciplina, desde luego del respeto del marco legal.

El peligro latente para caer en una anarquía y hegemonía de la ley del más fuerte. Nos mataríamos unos a otros.

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