Industria cañera-azucarera el más sólido soporte de la economía regional.

Produce empleo y circulante todo el año.

Toño Martínez

Para Ciudad Valles como para más de media docena de municipios en forma directa y otros más en lo indirecto de las regiones  huasteca Norte y Oriente, la industria cañera-azucarera sigue  constituyendo el principal factor de economía, pues no solo genera circulante durante cada ciclo de zafra  como es la creencia generalizada, sino todo el año.

Esa es la importancia de la producción de caña de azúcar e ingenios pues impacta en el sector comercial, empresarial, servicios y mejora las condiciones de bienestar social

La derrama económica inicia desde la siembra o resiembra de la gramínea cuando el cañero invierte en barbecho para abrir surcos o darles mantenimiento;  luego contrata jornaleros para colocar la semilla, adquiere combustibles para tractores y equipo, gasta en herbicidas contra la maleza y en fertilizante que adquiere en comercios de la zona

En la etapa de molienda el sector contrata por ingenio un promedio de 2000 cortadores de caña, operadores de maquinaria, compra cosechadoras, alzadoras, flotas de camiones fleteros  para trasladar la caña del campo a las fábricas.

Del volumen y para poner un ejemplo sobre un tema  controversial  como es la quema de caña, el ingenio «Plan de Ayala» (IPA} recibe un predio del 20% de gramínea cruda igual que otras industrias y avanza en adecuaciones técnicas para aumentar la cantidad

El CP Antonio González Izaguirre, presidente de la Unión de Cañeros de la pequeña Propiedad del IPA manifestó que es mejor en rendimiento de azúcar la caña molida en verde porque cuando la queman pierde hasta más del 5% en  sacarosa y eso  disminuye su precio.

Por eso será importante ir abandonado poco a poco las quemas que  facilitan el corte y protegen al cortador contra lesiones por las hojas cortantes y el pelillo que sueltan.

La mayor parte de caña en la región (ingenios «Plan de Ayala», «Plan de San Luis», “Alianza Popular» y Beta  San Miguel)  es de temporal es decir no cuentan con riego y eso vuelve al cultivo vulnerable a sequías como la registrada desde el 2021 que desencadenó que cada año disminuyera la producción  hasta llegar al 42% entre la molienda 2023 y la 2024 en IPA.

Eso provoca pérdidas cuantiosas para productores que repercuten en la economía regional principalmente de Valles, comentó.

Muchos productores por no decir que la mayoría arrastran fuertes adeudos  con el ingenio y bancos que requieren de gran capacidad negociadora de los dirigentes para conseguir la reestructuración de los créditos. Hay quienes, comento no reciben ningún alcance.

«Admito que son circunstancias muy estresantes y complicadas, de un gran desgaste emocional y hasta físico pero al cañero no se le puede dejar desamparado y tenemos que negociar», expresó Gonzáles Izaguirre.

Oficialmente un año o ciclo azucarero comienza el primero de octubre y termina el 30 de septiembre cuando se  computan las variables que inciden en el precio de la materia prima   y que son el costo  que alcance el azúcar en las Centrales de Abasto y exportaciones a Estados Unidos y otros países con lo cual se determina el precio final de la tonelada la caña para pago.

Influye también el karbe (kilos de azúcar por tonelada de caña) que haya  alcanzado cada industria.

Mientras en los hechos se tiene que seguir gastando en diversas actividades como es el control de plagas que afectan a la gramínea en crecimiento; para ello se rentan avionetas o drones en esta misma zona.

De ese ajuste  ocurren dos cosas, una que la evaluación arroje resultado a favor del cañero o no y ocurre otro agregado al circulante de dinero.

Renglón aparte es la inversión de los ingenios en la reparación de maquinaria pues contratan a docenas de eventuales para esa actividad cuyos salarios también gastan en Valles.  Así, la agroindustria se mantiene en el primer soporte de nuestra economía y estabilidad de la región.