Dr. Jaime Chalita Zarur
Marzo 14, 2022
Cuando una persona tiene un acierto por lo general, se alegra y celebra o, lo guarda en el íntimo sentimiento del intelecto personal. La semana pasada escribiendo en torno a la guerra que Rusia, invadiendo Ucrania, sostenían, queriendo dominar las hegemonías del mundo pero, a costa de la muerte de vidas ajenas de verdad a los intereses que se defiende. Así expresé, que el hombre sigue siendo el lobo del propio hombre, su depredador más acérrimo.
Cada persona tiene su escala de valores y lo que cada vez se repita más, en torno a la violencia, está ocasionando que la muerte se esté convirtiendo en algo así como el deporte mexicano, cuando vemos que la violencia no se detienes.
Así, lo ocurrido en Querétaro, que sin haber ocurrido muertes, según el parte oficial, el desprecio por la vida es intolerable. Un espectáculo que se podría presumir familiar, no lo es más. Dolor al ver las escenas de seres humanos golpeados unos, y heridos otros. ¿Cuántos son de verdad?, no lo sabemos, ni tampoco si verdaderamente hubo o, no muertos.
El control de daños es una práctica que es usada en la política cuando las cosas no salen como habían sido planeadas o, cuando somos sorprendidos por situaciones como este juego futbolero que en lugar de haber sido una diversión y, o, competencia entre equipos, se tornó en una delincuencia desatada bajo la sombra de la impunidad, ahora ya con detenidos pero, estoy seguro saldrán libres con el pago de la “reparación del daño” según el “nuevo” sistema penal.
La sociedad va por ningún lado. Las venganzas están ahí, asechando, la oportunidad sin justificación de lastimar a los demás, bajo el imperio de la impunidad que, está latente cada minuto del día y de la noche.
Tratamos de prevenir pero, ya no es suficiente, no alcanza para ahorrar dolor y pérdidas humanas y materiales. Otra vez, quienes componemos esta sociedad, vamos certeramente a nuestra auto-destrucción. Sin miramientos o, compasión, mientras más violentos somos, parecería mejor, instalando un dominio en un territorio sobre los demás.
Quienes gobiernan, tendrían que tender a ejecutar acciones verdaderamente en beneficio de quienes habitan cualquier parte del mundo. Las muchedumbres enojadas y hartas de lo que se vive, superan radicalmente a quienes cuidan el orden público y de ahí, la destrucción está muy cerca.
El renacimiento de Mexico, es vital pero, si con un partido de fútbol, aflora los más destructivo del ser humano, que sería en la verdadera transformación de nuestro país. Sin mentiras; sin engaños; sin pensar en control de daños; solo la verdad y, todo ello desde el seno familiar, habría que cambiar.
¿La congruencia, la honestidad, la ética, la moral, se perdieron en el tiempo, se quedaron en el pasado para ser olvidados? Dicen los economistas que todo es cíclico; tenemos que encontrar el camino que nos lleve a una verdadera reconciliación nacional; pero hay interesados poderosos, que no lo permiten.
No mentiras, no traiciones, no control mentiroso de daños, solo un camino claro de cumplimiento con la ley. Reconstruir el País, hogar común de los mexicanos, es nuestra tarea, la de todos.