Investigadora del IPICYT participa en publicación de artículo que propone reformar los sistemas alimentarios para evitar que se agrave la crisis de la tierra.

La Dra. Elisabeth Huber-Sannwald, investigadora y profesora de la División de Ciencias Ambientales del IPICYT, participa como coautora del artículo en conjunto con 21 destacados científicos de diversas partes del mundo.

El artículo publicado el día de hoy en la revista especializada Nature se titula: «Doblar la curva de la degradación de la tierra para alcanzar los objetivos ambientales globales».

La revista Nature publicó un interesante artículo en el que 21 científicos destacados recomiendan diversas maneras de utilizar los sistemas alimentarios para detener y revertir la degradación de la tierra, subrayando que hacerlo debe convertirse en una prioridad mundial para mitigar el cambio climático y detener la pérdida de biodiversidad.

La Dra. Elisabeth Huber-Sannwald, investigadora y profesora de la División de Ciencias Ambientales del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT), fue invitada a colaborar con de este grupo de expertos interdisciplinarios liderado por el Dr. Fernando T. Maestre, de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdullah (KAUST) de Arabia Saudita.

La Coautora del artículo Huber-Sannwald, destacó que “ La tierra es más que suelo y espacio”. Aloja biodiversidad, cicla el agua, almacena carbono y regula el clima. Nos da alimentos, sostiene la vida y guarda raíces profundas de ascendencia y conocimiento. Hoy en día, más de un tercio de la tierra del planeta se utiliza para cultivar alimentos, alimentando a una población mundial de más de 8 mil millones de personas. Sin embargo, las prácticas agrícolas modernas, la deforestación y el uso excesivo de la tierra están degradando el suelo, contaminando el agua y destruyendo ecosistemas vitales. Solo la producción de alimentos genera casi el 20% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Necesitamos actuar. Para asegurar un futuro próspero —y proteger la tierra— debemos reimaginar cómo cultivamos, cómo vivimos y cómo nos relacionamos con la naturaleza, entre nosotros y con el futuro. Es momento de asumir la custodia de la tierra: cuidarla como a una aliada viva, y no como un recurso a explotar.

El artículo es innovador al cuantificar el impacto para 2050 de reducir el desperdicio de alimentos en un 75 % y maximizar la producción sostenible de alimentos de origen oceánico, medidas que por sí solas podrían salvar una superficie mayor que África.

Según el documento los sistemas alimentarios aún no se han incorporado plenamente a los acuerdos intergubernamentales, ni reciben la atención suficiente en las estrategias actuales para abordar la degradación de las tierras. Sin embargo, unas reformas rápidas e integradas centradas en los sistemas alimentarios mundiales pueden contribuir a la recuperación de la salud de las tierras y garantizar un planeta más sano y estable para todos.

Los autores subrayan especialmente la importancia de detener la conversión de tierras, gestionar de forma sostenible las tierras ya convertidas y planificar un objetivo ambicioso pero alcanzable de restauración del 50 % de las tierras para 2050 (actualmente, el 30 % para 2030). Y enfatizan que las medidas descritas beneficiarían enormemente al clima, la biodiversidad y la salud mundial.

Dentro del documento hay una serie de recomendaciones clave entre las que destacan:

1. Restaurar el 50% de las tierras degradadas mediante prácticas sostenibles de gestión de la tierra equivaldría a la restauración de 3 millones de km² de tierras de cultivo y 10 millones de km² de tierras no cultivables, lo que suma un total de 13 millones de km².

La restauración de tierras debe involucrar a las personas que viven en ellas y las gestionan, especialmente a los pueblos Indígenas, los pequeños agricultores, las mujeres y otras personas y comunidades vulnerables, según el artículo.

Para apoyarlos, los autores recomiendan:

• Apoyo a los pequeños agricultores: La mayor parte de los alimentos del mundo se cultiva en explotaciones agrícolas pequeñas y familiares. El documento insta a trasladar los subsidios agrícolas de las granjas industriales a gran escala a los pequeños productores sostenibles, incentivando la buena gestión de la tierra entre los 608 millones de agricultores del mundo y fomentando su acceso a la tecnología, derechos territoriales seguros y mercados justos.

• Impuestos o aranceles sobre la tierra: Para recompensar la agricultura de bajo impacto y penalizar a quienes contaminan.

• Etiquetado ambiental: Para que los consumidores puedan tomar decisiones alimentarias informadas y respetuosas con el planeta.

• Mejores datos e informes: Para rastrear las emisiones y el impacto del uso de la tierra.

2. Reducir el desperdicio de alimentos en un 75 %: Se estima que 56.5 millones de km² de tierras agrícolas (cultivos y pastizales) se utilizan para producir alimentos, y aproximadamente el 33 % de todos los alimentos producidos se desperdician (el 14 % se pierde tras la cosecha en las explotaciones agrícolas; el 19 % en las etapas de venta al por menor, servicios de alimentación y consumo en el hogar).

Por lo tanto, reducir el desperdicio de alimentos en un 75 % podría ahorrar aproximadamente 13.4 millones de km² de tierra.

Los autores destacan medidas clave para remediarlo, entre ellas:

• Políticas para prevenir la sobreproducción y el deterioro

• Prohibir las normas de la industria alimentaria que rechazan productos «feos»

• Fomentar las donaciones de alimentos y la venta con descuento de productos próximos a caducar

• Campañas educativas para reducir el desperdicio doméstico

• Apoyar a los pequeños agricultores de los países en desarrollo para mejorar el almacenamiento y el transporte

3. Integrar los sistemas alimentarios terrestres y marinos: La carne roja producida de manera insostenible requiere grandes extensiones y cantidades de tierra, agua y forraje, y emite cantidades significativas de gases de efecto invernadero. Los productos del mar y las algas marinas son alternativas sostenibles y nutritivas. Las algas, por ejemplo, no requieren agua dulce y absorben carbono atmosférico. La acuicultura responsable —centrada en especies de bajo impacto como los mejillones y productos derivados de algas— puede reducir la presión sobre la tierra.

Los autores recomiendan:

Reemplazar parte de la carne roja producida de forma insostenible por productos del mar de origen sostenible, como pescado silvestre o de cultivo, y moluscos.

Usar productos derivados de algas de origen sostenible como sustituto de vegetales.

La combinación de restauración de tierras, reducción del desperdicio de alimentos y cambios en la dieta, por lo tanto, permitiría liberar o restaurar aproximadamente 43.8 millones de km² en 30 años (2020-2050).

Las medidas propuestas en conjunto también:

·      Contribuirían a los esfuerzos de reducción de emisiones al mitigar aproximadamente 13 gigatoneladas de CO equivalente por año hasta 2050.

·      Beneficiarían a la biodiversidad al mejorar la calidad del hábitat y el funcionamiento de los ecosistemas, y evitar la conversión de los ecosistemas naturales restantes en tierras de cultivo.

·      Ayudarían a la comunidad internacional a cumplir sus compromisos en varios acuerdos internacionales, incluidos los tres Convenios de Río (clima, biodiversidad y desertificación), los Objetivos de Desarrollo Sostenible y otros.

4. Acción coordinada entre los Convenios de Río: Los autores solicitan que los tres convenios de Río de la ONU —la CNULD, el CDB y la CMNUCC— se vinculen en torno a metas compartidas sobre la tierra y los sistemas alimentarios, fomenten el intercambio de conocimientos de vanguardia, hagan seguimiento del progreso e integren la ciencia en políticas más efectivas, todo para acelerar la acción sobre el terreno.

Los sistemas de tierra y alimentos desempeñan un papel clave en el avance hacia las metas y objetivos de los tres convenios y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, afirman.

El artículo puede ser consultado en el sitio web de la revista Naturehttps://www.nature.com/articles/s41586-025-09365-5