– El suero tiene una alta carga de materia orgánica que, al llegar a cuerpos de agua, provoca eutrofización y pérdida de oxígeno, afectando directamente a los ecosistemas y a la salud humana.
– Durante mucho tiempo se hablaba de residuos, pero hoy buscamos fomentar una nueva visión: la obtención de subproductos. El objetivo es disminuir el daño al ambiente, obteniendo productos valiosos de interés comercial e industrial. La meta es clara: cuidar el medio ambiente y maximizar el aprovechamiento de cada material. : Dr. Elías Razo.
En México, la producción de queso artesanal genera un subproducto cuyo manejo inadecuado puede tener consecuencias ambientales severas: el suero de queso. Por cada kilogramo de queso producido, se generan entre 9 y 10 litros de este residuo líquido. En este sentido, un grupo de científicos del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT) está trabajando para convertir este problema en una oportunidad a través de procesos biotecnológicos innovadores.
El Dr. Elías Razo Flores, investigador de la División de Ciencias Ambientales del IPICYT, encabeza un proyecto que busca transformar el suero de queso en productos de alto valor agregado mediante tecnologías sostenibles. “El suero contiene una gran carga orgánica; puede alcanzar concentraciones de hasta 100 gramos por litro de demanda química de oxígeno, lo cual es hasta 200 veces más que lo que se encuentra en las aguas residuales municipales ya que su concentración ronda en los 500 miligramos por litro”, explicó el especialista.
El problema se agrava -añadió el Dr. Razo- en las regiones rurales, donde muchos pequeños productores artesanales de queso no cuentan con sistemas adecuados para el tratamiento de estos residuos. El suero es a menudo vertido directamente al suelo o a cuerpos de agua, generando contaminación orgánica que agota el oxígeno disponible, dañando de esta manera la flora y fauna acuática. A su vez estos residuos liberan compuestos tóxicos como nitrato y amoníaco derivados de la descomposición biológica de las proteínas presentes en el suero.
La propuesta del equipo de investigación es clara: transformar el suero de queso en un un producto de interés y aprovechable, antes de que se convierta en un contaminante. “El suero es rico en carbohidratos, proteínas y minerales. Si aprovechamos estos compuestos mediante fermentación biológica, podemos obtener ácidos carboxílicos de alto valor comercial”, señaló el Dr. Razo.
Más adelante el Dr Razo añadió que estos ácidos, como el acético (vinagre), propiónico, butírico y otros con estructuras más complejas, son utilizados como materias primas en industrias químicas, cosméticas y alimentarias. “Además, a mayor número de carbonos en su estructura, mayor es su valor y más fácil resulta su recuperación”, precisó el especialista.
El investigador dijo que uno de los procesos clave en esta transformación es la fermentación oscura, que permite convertir los carbohidratos del suero en ácidos carboxílicos. Posteriormente, el líquido restante puede someterse a digestión anaerobia para generar metano, otro subproducto valioso como fuente de energía.
Para finalizar el Dr. Razo destacó que una de las metas del proyecto es que estas tecnologías puedan ser adoptadas por pequeños productores, aunque su aplicación directa aún representa un reto debido a los costos. “Lo que proponemos es agrupar a varios productores y recolectar sus residuos para tratarlos de manera conjunta. Así se comparten los costos y se maximiza el beneficio”, indicó el Dr. Razo.
Por su parte Paola Janet Delgado Espitia, estudiante de doctorado en Ciencias Ambientales en el IPICYT, informó que: “El suero tiene una alta carga de materia orgánica que, al llegar a cuerpos de agua, provoca eutrofización y pérdida de oxígeno, afectando directamente a los ecosistemas y a la salud humana”.
Al respecto señaló que el equipo ha trabajado durante años afinando los procesos en laboratorio. Según explicó Delgado Espitia, primero se simula el suero con compuestos grado reactivo para entender mejor los procesos, y luego se trabaja directamente con el residuo real. “Ya logramos tratar al 100% el suero de queso sin necesidad de realizar ninguna dilución. Solo se filtra o centrifuga y luego se procesa biotecnológicamente. Este avance representa un paso clave hacia el escalamiento industrial”, aseguró.
La doctorante dio a conocer que actualmente se están utilizando reactores de 2 y 3 litros, pero el siguiente paso es llevar esta investigación a una planta piloto o incluso desarrollar esquemas de recolección y venta del residuo para su procesamiento por parte de terceros. “Lo ideal es que ningún productor tenga que tirar su suero de queso al ambiente. En este esquema que se propone se busca que el residuo se procese, se valorice y se pueda disponer de manera segura lo que ya no tiene valor. Así protegemos al medio ambiente, generamos productos útiles y construimos un sistema más justo y sustentable”, concluyó Paola Delgado.
Los investigadores del IPICYT apuestan por cambiar la percepción sobre el suero de queso: de un desecho a un subproducto con potencial económico y ambiental. “Durante mucho tiempo se hablaba de residuos, pero ahora tratamos de fomentar la visión de subproductos. El objetivo es recuperar lo valioso antes de liberar el resto al ambiente ya tratado”, comentó el Dr. Razo.
Este enfoque forma parte de una estrategia de economía circular, en la que nada se desperdicia sin antes evaluar su potencial de reutilización. En el caso del suero, esto implica aprovechar su contenido energético y químico, reducir su impacto ambiental y generar oportunidades para los productores artesanales.
La investigación del IPICYT representa una alternativa para mitigar los efectos de la contaminación por residuos lácteos, al mismo tiempo que ofrece un camino hacia el desarrollo sostenible para pequeños productores en el país. Con soluciones científicas adaptadas al contexto mexicano, este proyecto busca construir puentes entre la ciencia y el sector productivo rural.