La egolatría de ser y, seguir siéndolo

Dr. Jaime Chalita Zarur

Julio 15, 2019

La egolatría de ser y, seguir siéndolo, cuando la confianza había sido abrumadora, lastima a quienes en la esperanza, la siguen teniendo.

Se cumplió un año del triunfo electoral del Presidente de nuestra República pero, no se ve por donde realmente tendría o, debería que haber una fiesta, recurriendo al principio de austeridad republicana que, puede ser discutible pero, enfrente a tanta violencia que ha traído dolor a las familias en la pérdida de seres queridos, sin duda no hay que decir.

No importa que los recortes de dinero y, en algunos casos la ausencia total del mismo, ha afectado a familias mexicanas. La lista de triunfos, fue interminable, en el recuento Presidencial y, los tropiezos siempre fueron en contra de los adversarios políticos, a quienes desde el Gobierno se tienen muy bien identificados en su opinión, serían los conservadores y de los neoliberales.

Me deja claridad la existencia de tres personajes en uno mismo, sin tener que hace recurrencia a los actos de fe. Tenemos un Presidente que es solo para El mismo, uno que solo sabe el mismo que es lo que hará. Otro, para las ruedas de prensa continúas de lunes a viernes y, otro para los fines de semana hablando a su campaña interminable con nuestro Pueblo. Tres lenguajes distintos buscados en la intención.

El día 2 de Julio, el día después del festejo democrático, se dieron cita los tres líderes de MORENA, PRI, y PAN, en una entrevista en televisión de estos noticieros que pasan en cobertura nacional, para que el entrevistador pudiera tomar sus puntos de vista y opiniones de lo que se ha vivido en México a un año del triunfo electoral de López Obrador y a siete meses de gobierno Federal.

Los representantes de los partidos políticos, cada uno exponía una serie de argumentos expuestos en cada uno de los tiempos que les tocaba intervenir. Razonamientos en los que cada uno de ellos, dos damos y un caballero, intentaban descalificar a los demás, todos contra todos. El circo de los datos, los de cada quien, tenían la misión de imponerse contra los demás.

Indiscutiblemente, la nota de la semana se la llevó las protestas de los elementos de la Policía Federal, en su negativa de no pasar a formar parte de la Guardia Nacional, pues fundamentalmente, no desean perder sus prestaciones pero, igualmente el sueldo que ganan, además de argumentar que su entrenamiento es diferente que la de un elemento castrense.

Estos son sólo dos ejemplos, de una muy larga lista de acciones, las mismas que se han dado cuenta en los diferentes medios de comunicación, del desorden que se ha vivido en nuestro País durante muchos años pero, acentuándose en esta Cuarta Transformación y, que de verdad, sería excelente que fuera tomando forma en la vida gregaria del País.

En ninguno de los casos expuestos y, de parte de ningún actor político, se muestran las acciones por el interés de lo que le pueda pasar y, le pasa a los mexicanos que habitamos esta Nación. Quienes trabajamos todos los días para sostener nuestras vidas y que, somos muchos, la inmensa mayoría, realmente no somos tomados en cuenta para nada.

Los criterios de lo que se quiere hacer con nuestras vidas, lográndolo la mayoría de las veces, son inducidos por unos cuantos representantes de los poderes de la Nación, sin ni siquiera consultar a sus representados.

Menos del uno por ciento de nuestra población, han sido los que, en forma disfrazada, dicen que se interesan por el bien de los mexicanos pero, jamás somos tomados en cuenta.

La tolerancia, el respeto a la libertad de expresión, la democracia aparente y el respeto que merece la diferencia de ideas, son sólo una postura, vamos, una apariencia de aquellos tres formatos con los que ya estamos acostumbrados en nuestra cotidianidad, desde hace siete meses, viendo tres formas de gobernar en una misma persona y, en un mismo día pero, distante de nuestra realidad.

Lo que se esconde de tras de las muchas expresiones coloquiales del Presidente de la República, tienen un trasfondo que debe ser analizado continuamente pues sólo Él sabe a dónde se dirige, queriendo llevar nuestro destino común.

No somos iguales, la cartilla moral, la honestidad, las diferentes solicitudes para que la población enderece el camino común, no han sido suficientes para la disminución de la violencia, igualmente de la corrupción y la impunidad y, jamás lo harán cuando el empeño es, apartado del interés general de los mexicanos pero además, pensando que sólo unos cuantos son honestos y el resto que difiere es corrupto, deshonesto, impune.