La migración del padre solalinde

Filiberto Juárez Córdoba

Diciembre 27, 2021

El coronavirus sigue entre nosotros por lo que debemos mantener las medidas preventivas. Uso de cubrebocas, sana distancia, lavado frecuente de manos y uso de gel sanitizante.

MUCHA GENTE, el 23 de diciembre, admiraba el arreglo navideño que se montó en el Centro Cultural Palacio Municipal. Un trabajo muy bien logrado con los elementos de los Portales, Belenes o Nacimientos, aderezados con los juguetes tradicionales que recibían los niños a mediados del siglo pasado, cayendo de una gigantesca piñata de picos. Todo en cartonería elaborada con artística maestría. La verdad sí vale la pena acudir, más si se toma en cuenta que para llegar hay que pasar por la plaza de armas, que también luce arreglos e iluminación como nunca. En la plaza de los Fundadores, está el monumental Árbol de Navidad y la pista de hielo, en el patio del Palacio de Gobierno, otro Nacimiento que causa admiración. En este año las autoridades sí se pulieron y todo el Centro Histórico está iluminado y adornado a conciencia. Hay que reconocerles ese esfuerzo y la forma en que han hecho las cosas para que el gobierno estatal y el municipal ocupen los espacios de manera armoniosa.

REGRESANDO AL NACIMIENTO que se montó en el Palacio Municipal, un observador acucioso, después de ver detenidamente la representación de los juguetes tradicionales, elaborados de cartón -las piezas de la matatena, el balero, la matraca, los dados, el trompo, la piñata de 7 picos- centró la atención en las figuras empezando por el papá, la niña y el niño. Luego pasó a lo del Pesebre, donde el gallo y la gallina no podían pasar desapercibidos, siguiendo con las demás figuras, San José y la Virgen, la mula y el buey, los Reyes Magos, iba haciendo el recuento cuando de repente dijo, falta el diablo. No está el diablo, el diablo, el ángel y el ermitaño, son infaltables en los Nacimientos, exclamó. No veo al diablo insistió. Uno que lo escuchaba muy atento le dijo, el diablo no está porque lo acaban de inhabilitar. Sepa por qué diría eso, pero enseguida otro comentó, es cierto, hay un diablo que está inhabilitado y ya no puede figurar, pero allá arriba hay otros diablos, 18 para ser precisos, pero no se quedan aquí por dos causas, la primera, no es Nacimiento viviente, la segunda, están muy ocupados haciendo una diablura en una sesión. Tampoco supimos a qué se refería, lo único que pudimos averiguar fue que en la planta alta se estaba celebrando una sesión de cabildo, en la que estaban sustituyendo al regidor, Alfredo Lujambio, que fue inhabilitado por el Congreso del estado, junto con el ex alcalde, Xavier Nava, y otros integrantes del anterior ayuntamiento.

QUE EL PRESIDENTE de la república, Andrés Manuel López Obrador, según afirmó hace tiempo, el epidemiólogo Hugo López-Gatell, tiene fuerza moral, no de contagio, con lo que lo ubicó como alguien de características extraordinarias, un ser excepcional, podría decirse. Pues ahora resulta que, según el sacerdote Alejandro Solalinde, tiene rasgos de santidad y Dios nos bendijo al tenerlo como presidente. Flaco favor le hacen a un político de la talla de AMLO, con esas apreciaciones sobre su persona. La imagen del padre Solalinde de defensor y protector de los migrantes, ya se perdió, como la de científico serio de López-Gatell. De Alejandro Solalinde, se dice que su activismo migró a territorios más productivos, en los que consiguió recursos del gobierno federal para su Promotora Nacional de la Economía Solidaria.

EN MATERIA DE SEGURIDAD pública suele haber acciones preventivas disuasivas. Los rondines de vigilancia, las cámaras de video que captan lo que sucede en los lugares públicos, las inspecciones sorpresivas a algunos lugares y otro tipo de operativos tienen la función de mostrar que hay capacidad de la fuerza pública para actuar de inmediato y tienen modo de contar con evidencias de los hechos, el objetivo principal es que los potenciales delincuentes se den cuenta que no les va a ser fácil actuar con impunidad. Disuadir es, según el diccionario, convencer, con argumentos o por la fuerza de los hechos, a una persona para que cambie su manera de actuar, pensar o sentir. Uno de los problemas de las autoridades es que se debe disuadir lo mismo a quienes tienen la intención de delinquir que a quienes asumen conductas que pueden derivar en delitos. En ese renglón entran los que por su consumo desmedido de bebidas alcohólicas pueden protagonizar riñas o causar accidentes. Los retenes anti alcohol tienen en esencia esa función, aunque disgustan a muchos, que los ven como una acción de represión y con fines meramente recaudatorios, son disuasivos. Nadie quiere molestias ni que le pongan frenos cuando anda festejando algo, pero cuando ocurre una tragedia todos acusan a las autoridades de no hacer nada para que haya seguridad en las calles. Por muy recaudatorio que sea un operativo anti alcohol, a alguien como el que se estrelló contra la caseta del fraccionamiento la Loma Club de Golf, causando destrozos y lesionando a los vigilantes, más barato le hubiera salido pasar unas horas en la barandilla municipal, pagar la multa por manejar en estado de ebriedad, la grúa y el corralón, que los daños que causó y el escándalo en que se metió, pues hasta su centro de trabajo salió a relucir. Hay quienes perdieron la vida o causaron muertes en accidentes que se pudieron evitar si hubieran pasado por un retén o una patrulla los hubiera detectado y detenido por manejar en estado de ebriedad. Hay que cuidar que en esos operativos no se cometan abusos, eso sí, pero sin dejar de ver lo positivo que tienen. Si se considera que las multas son excesivas e injustas, también es excesivo e injusto que alguien, por manejar ebrio, ponga en riesgo la integridad física y los bienes de los demás. El que quiera tomar, está en libertad de hacerlo, pero que no maneje ni cause problemas, si lo hace que pague las consecuencias. Siempre será mejor pagar multas que daños y perjuicios. NOSOTROS DECIMOS:

En conclusiones lirondas,

De acuerdo a las experiencias,

Les gusta pagar las rondas

¡Pero no las consecuencias!

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