Miguel Ángel Guerrero Arriaga
Junio 12, 2022
Por la creencia generalizada de que la pandemia había dejado de ser un peligro y de que la prolongada permanencia de SLP en el color verde del semáforo epidemiológico era una especie de garantía de inmunidad, la quinta ola del coronavirus en territorio potosino ya es una realidad según lo refleja el peligroso repunte de contagios que, como ayer, alcanzó los 130 nuevos casos de coronavirus.
Lamentablemente, el abierto relajamiento en las medidas sanitarias en que cayeron los potosinos por lo menos desde el mes de enero se vio alentado por la afortunada racha de hasta 30 días sin que se registrara defunción alguna ocasionada por el letal virus pues paulatinamente retornaron los reportes de decenas de nuevos contagios hasta llegar a la centena de ayer que no hace ver que la quinta ola ya está aquí de tal forma que nos debe obligar a dejar de pensar que nunca nos alcanzará y valorar la necesidad de continuar apegándonos a las normas sanitarias principalmente la del uso del cubrebocas en todo espacio cerrado y evitar acudir a sitios donde se presenten aglomeraciones en los que pescar el virus es una apuesta segura.
Ante este pesimista escenario no parece quedar otra que volver al principio de cuando detonó la pandemia en San Luis y acudir a medidas efectivas como el aislamiento social y el uso obligado de la mascarilla protectora.
Y debemos hacerlos si es que no queremos volver a vivir la funestas etapas del 2020 cuando hubo rachas de registros de 300 o 500 casos positivos diarios de la enfermedad y los hospitales a toda su capacidad por los enfermos de covid hospitalizados mientras sus familiares buscaban desesperadamente un tanque de oxígeno para salvarles la vida lo que en 7 mil 554 urgencias no se pudo pues a esa cantidad ascendió el número de fallecimientos que ha provocado la pandemia desde su aparición en el estado.
Desde luego, no faltarán lo escépticos que califiquen como una exageración el señalamiento de que la quinta ola de la pandemia ya está aquí aunque bien harían en tener en cuenta los que piensen aquí que muchos incrédulos ya reposan en algún panteón o perdieron a un familiar cercano tal vez contagiados por ellos toda vez que no por nada las autoridades de salud insisten en reiterar que el uso del cubrebocas sigue siendo obligatorio en el estado.
Por consiguiente ojalá todos seamos conscientes de la gravedad de la situación y luego no recordemos con nostalgia esos 40 días sin registro de contagios ni defunciones y ojalá se estreche la obligación del cubrebocas en lugares cerrados y no se permita el ingreso de quien no lo porte.
Lástima volvemos a estado de emergencia por contagios.
